La industria amenaza con deslocalizaciones si no se desliga el gas del precio de la electricidad

Aunque la energía ya cuesta lo mismo que antes de la invasión de Ucrania, los fabricantes piden aprovechar el momento para abaratar los costes de producir en Europa

Una imagen de la planta de Celsa en Castellbisbal (Barcelona).

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La industria electrointensiva lo advierte desde hace meses: con los precios actuales de la electricidad es prácticamente imposible que producir sea rentable en Europa. Lo que se sembró durante toda la segunda mitad de 2021, la pasada semana se convirtió en una realidad. La escalada de los precios, con picos de hasta 700 euros el MWh fue la puntilla para la actividad productiva, que exige ahora a las autoridades que desliguen el precio de la energía del gas o habrá consecuencias.

La inflación registrada en la segunda mitad de 2021 había convertido ya a la Unión Europea en un destino lleno de costes para fabricar. Y la guerra en Ucrania no hizo nada más que empeorar la situación. Así lo avisa el director general de la Asociación de Empresas con Gran consumo de Energía (AEGE)Fernando Soto: «La situación es caótica y catastrófica», explicaba hace pocos días en una conversación con Economía Digital.

Ahora, a la organización se le suman la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE) y la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID) pidieron por carta medidas urgentes al comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, Thierry Breton, y a la comisaria de Energía, Kadri Simson, para evitar cierres traumáticos. «Es la única medida viable y con impacto para poder mantener la actividad industrial y el empleo», advierten.

De hecho, la pasada semana AEGE y UNESID ya advirtieron que se avecina una cascada de ERTEs y de recortes en la producción debido a la factura de la luz. “Empresas como AcerinoxArcelormittalCelsaMegasaFerroglobe y Siderúrgica Balboa ya han tenido que parar algunas de sus instalaciones y, de seguir esta deriva, se verán obligadas a poner en marcha expedientes de regulación temporal de empleo (ERTES)”, señalaba el comunicado.

Por ello, ponen el foco en el próximo Consejo de Europa, que se celebrará los días 24 y 25 de marzo para que se reforme el mercado marginalista eléctrico y se desacople el precio de los combustibles fósiles. «Es la única medida viable y con impacto, e imprescindible para poder mantener la actividad industrial y el empleo en España».

La denuncia se produce a pesar de la rebaja del coste de la energía en la última semana, que se mueve por encima de los 200 MWh, pero está ya muy lejos de los hasta 700 MWh que llegó a tocar días antes. Los precios son aproximadamente los mismos que en los meses de noviembre y diciembre, cuando la situación era ya tensa.

La oleada de cierres ya es una realidad

Por ejemplo, Arcelormittal anunció el pasado miércoles el cierre temporal de la planta de Sestao (Vizcaya). El jueves añadió la acería de Gijón entre su red de fábricas que cesarán su actividad por la crisis de Ucrania. Será del 24 al 28 de marzo después de asumir que el precio de la electricidad actual es «inasumible».

Acerinox siguió su camino. Detuvo el negocio de acería en la planta de Los Barrios (Cádiz) y lanzó un ERTE para los 1.800 empleados que trabajan en el centro. Ahora está pendiente de cerrar la actividad de laminación en caliente y la de laminación en frío, los otros dos pasos de la cadena de la compañía.

El viernes, el coste de la energía cayó por debajo de los 300 euros el MWh por primera vez desde el 2 de marzo

Otra: Celsa admitió el martes de la pasada semana que cesaría su actividad de fundición y apagaría los hornos eléctricos que tiene en España en las horas en las que no le saliera rentable mantenerlos en funcionamiento. La decisión afectó a los centros de Castellbisbal (Barcelona)Santander y Bilbao, los tres en los que la compañía de la familia Rubiralta cuenta con este tipo de infraestructura.

La actividad en estas planas no se recuperó hasta el viernes, cuando los precios de la electricidad bajaron hasta los 284,58 euros/MWh. A pesar de ser un coste todavía alto, será un 23% más barato que el del jueves y casi la mitad de los 544,98 euros/MWh que se registraron el martes. El coste de la energía cayó por debajo de los 300 euros el MWh por primera vez desde el pasado 2 de marzo, según el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE).

Carles Huguet

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