28-A: la hora de votar con impertinencia

Miquel Porta Perales se vale de 'Dar(se) cuenta', de Manuel Cruz (ED Libros), para invitar a votar con el antídoto a los embaucadores: la impertinencia

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La impertinencia está asociada con el arte de ser molesto cuando otros esperan serenidad. Vamos, desde luego que los seres impertinentes no son afables en todos los contextos, ni muchas veces son minoría, pero con una mano en las urnas la imprudencia puede salvar un voto en falso.

En la política, hacen falta impertinentes. Es la tesis de Miquel Porta Perales, firma de Economía Digital Ideas y tertuliano recurrente del podcast ‘La plaza‘, al abordar el más reciente título de ED LibrosDar(se) cuenta, firmado por el prestigioso filósofo Manuel Cruz. El ensayo ya está en tiendas.

La impertinencia hay que practicarla «sin indulgencia» en tiempo de elecciones, opina Porta Perales en un artículo publicado en ABC. «La impertinencia del filósofo que revindica Manuel Cruz -una impertinencia muy pertinente-, viene como anillo al dedo para discurrir sobre todo lo que nos afecta», añade.

28-A: cuestiono, luego voto

El ensayo de Cruz tiene a Podemos, y no solo la impertinencia, en el centro del análisis. El libro es una crítica feroz contra el uso interesado de la política y la degradación de la historia y las revoluciones en favor de un discurso. Es un «alegato a favor de la educación y la acción política para cambiar España», afirma ED Libros.

En palabras de Porta Perales, el ensayo «brinda una manera de enfrentarse a los mercaderes que expenden verdades supuestamente irrefutables». Molestar, desagradar, enfadar, y hacerlo con atrevimiento, descaro e insolencia; eso es lo que el analista entiende por «antídoto» ante el «gremio de los embaucadores».

Porta Perales se suscribe a la reflexión de Manuel Cruz sobre que no es suficiente preguntarse por las cosas que ocurren, sino que hay que atreverse a «intervenir sobre lo percibido», ojalá con propuestas. Esa es la tarea del filósofo y puede también serlo para el ciudadano responsable.

El analista defiende que hay que ir a las urnas siendo impertinentes y cuestionándose todos los movimientos en auge, desde el ecologismo hasta el «procés». Y votar en consecuencia.

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