‘Contra el racismo’ desnuda a los políticos que engañan a los niños daneses

El libro de Marco Aimé cuestiona el lenguaje de los partidos antiinmigración en países como Dinamarca, que ha hecho llorar en un vídeo a una niña de 9 años

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

“No sois daneses”. La voz del entrevistador comunica a unos niños que, pese a haber nacido en Dinamarca, no son daneses, y los niños tuercen el gesto, bajan la cabeza y una niña de 9 años acaba llorando desconsoladamente. ¿Qué ocurre?

El libro Contra el racismo, coordinado por el profesor de Antropología Cultural, Marco Aimé, (ED Libros) denuncia, precisamente, ese tipo de comportamientos que protagonizan los políticos que han hecho de la antiinmigración su razón de ser. Con unas elecciones en Holanda, que pueden aupar al movimiento que lidera el ultraderechista Geert Wilders, aunque con pocas opciones de ganar, según los primeros datos, o con las presidenciales en Francia a la vuelta de la esquina, con el auge de Marine Le Pen, lo que ha sucedido en Dinamarca refleja un dilema de unas proporciones todavía insospechadas.

En el Parlamento danés, en febrero, se escuchó una frase que ha desencadenado una tormenta política y social. “Hoy en día hay zonas en Dinamarca donde el porcentaje de inmigrantes y personas descendientes de países no occidentales supera el 50%. Creemos que los daneses no deberían ser minoría en urbanizaciones de Dinamarca”. La pronunció Martin Henriksen, un diputado del Partido Popular Danés, de ideología conservadora y nacionalista, que basa todo su programa en reducir la inmigración y en el rechazo a los musulmanes.

¿Se trata de abandonar esas expresiones, en aras de lo políticamente correcto, sin atacar el supuesto o real problema de integración en algunas zonas con altos porcentajes de inmigración?

En Contra el Racismo, Marco Aimé ha coordinado diferentes trabajos académicos que combaten esa visión, y reclaman que se aborde, con políticas públicas, un fenómeno que transforma las sociedades nacionales, para ver a todos sus habitantes como ciudadanos, con derechos y deberes.

Contra el Racismo, el libro coordinado por el profesor Marco Aime./ED

El lingüísta Federico Faloppa reflexiona sobre las acusaciones que se realizan a los críticos de los nacionalistas excluyentes. Se les tilda de “políticamente correctos”, de no asumir la realidad. “Lejos de ser los nuevos tiranos de la orwelliana neolengua, buenismos y buenistas son más bien blanco indiscriminado de los dardos de un pensamiento arrogante y difuso: que no tiene necesidad de confrontarse sino, más bien de ridiculizar y zaherir al otro. Porque, precisamente, soltando la ‘bomba del fin del mundo’ piensa –y espera– derribar a la lona al adversario: oscurecer sus propuestas, insultándole. Efectivamente, esta es la apuesta en juego. En la cara del buenismo”.

Es decir, se desacredita a quien se pone al lado de los inmigrantes, o de los que son vejados, porque “políticamente no eres creíble porque eres buenista”.

Marco Aimé, que es el autor de un trabajo específico en Contra el racismo, considera que se ha producido un vacío ideológico que han aprovechado los movimientos populistas, y que de ello la izquierda ha sido la principal responsable. Se trata de discursos que proponen un relato de tipo “etno-nacionalista”, como ocurre en Dinamarca, o en Holanda.

En Dinamarca, precisamente, tras las palabras del diputado Henriksen, una agencia de comunicación ha decidido realizar un vídeo, que se puede ver en esta información. Se recoge la reacción de niños descendientes de inmigrantes a los que se dicen que no son daneses. Cuando escuchan la voz, los niños tratan de razonar e insisten en que son daneses, porque han crecido en Dinamarca, y “juegan” con sus compañeros en Dinamarca.

Son niños de entre 7 y 11 años. Sara, de 9, Radil, de 9, Scarlett, de 7 y Abde de 11. El entrevistador les dice que no son daneses, y les pregunta qué pasaría si se lleva a todo el mundo a Dinamarca, y si tienen descendencia, si esos niños serían o no todos daneses. Todo ello confunde a los niños. La más pequeña, Scarlett, de siete años, contesta con un simple “vale” cuando le señalan que no es danesa. Pero gira la cabeza y comienza a llorar sin consuelo.

El vídeo hace un llamamiento a los políticos y les recuerda: “Queridos políticos, recordaros de quién habláis”, con el hastag #YoSoyDanés.

¿Es ese vídeo una muestra de buenismo?

Muchas de las respuestas las ofrece Marco Aimé, en Contra el racismo, con referencias a la responsabilidad de los gobernantes, y de profesionales como arquitectos y urbanistas a la hora de diseñar barrios enteros para los inmigrantes, lo que ha provocado en muchas ciudades europeas una distancia insalvable que ha lastrado una integración real.   

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp