El Gobierno congelará el sueldo mínimo en 2021

La subida del SMI no se ha incluido en las negociaciones con los agentes sociales ni figura en el Plan Anual Normativo

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El Gobierno no tiene en mente llevar a cabo una nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI) el próximo año. La pandemia del coronavirus ha trastocado los planes económicos de la legislatura, en la que uno de los objetivos era equiparar progresivamente el salario de los ciudadanos.

La subida ya no está ahora sobre la mesa en las negociaciones que el Gobierno mantiene con los sindicatos y la patronal, ni tampoco se ha recogido en el Plan Anual Normativo que el Ejecutivo utiliza como hoja de ruta para el 2021, según ha publicado El Confidencial.

El objetivo del Gobierno era lograr que el sueldo mínimo se situase en los próximos cuatro años en el 60% del salario medio que perciben los españoles. Para mantener el plan previsto, deberían aprobar un real decreto antes de que finalice este año.

El Gobierno logró en 2020 su primera subida del SMI

El Ejecutivo ya anunció en enero la primera subida de la legislatura, antes de que se intuyese la crisis económica que provocaría la pandemia de coronavirus. Entonces, se llegó a un acuerdo con los agentes sociales para fijar el sueldo mínimo en 950 euros al mes, con un total de 14 pagas. En cifras anuales, supone una remuneración de 13.300 euros, un 5,5% más que el SMI de 2019.

El acuerdo supuso un intenso debate entre los sindicatos, dispuestos a subir el sueldo mínimo por encima de los 1.000 euros al mes, y los empresarios, que advirtieron de las consecuencias económicas que podía tener para las empresas. Fue una de las primeras políticas que salieron adelante gracias a la coalición del Partido Socialista y Podemos.

La pandemia trastoca los planes de la coalición del Gobierno

La pandemia de coronavirus ha truncado su intención de mantener la tónica de ascensos del sueldo mínimo y también les ha llevado a reestructurar otros acuerdos que las dos formaciones tenían en materia económica. El debate más arduo se está dando en la presión fiscal que se aplicará en los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Mientras que Podemos se aferra a los acuerdos de la legislatura para aumentar la tributación de las grandes empresas, Pedro Sánchez ha hecho guiños constantes a evitar una subida de impuestos para captar la atención de otras formaciones en la votación como Ciudadanos.

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