El PSOE andaluz toma el mando y marca el guión de la abstención a Sánchez

Susana Díaz pide a Rajoy un paso atrás para facilitar la investidura, pero rechaza una alternativa con Ciudadanos y Podemos

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Sin aventuras, y a ganar tiempo, pero con acento andaluz. Los socialistas han abierto un periodo de reflexión, que deberá culminar tras las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre. Sin embargo, existe un guión y lo marca el PSOE andaluz, de la mano de Susana Díaz. La presidenta andaluza reclamó a Mariano Rajoy que dé un paso atrás para que los socialistas se pueden plantear la abstención, tras los comicios del 25S, pero vetó cualquier fórmula alternativa.

Y aunque Pedro Sánchez negó este lunes que desee liderar un acuerdo de todos contra el PP, sí propuso abrir conversaciones con todos los partidos, incluido el PP, para explorar, de forma preferente, algún acuerdo con Podemos y Ciudadanos.

La cuestión es que el PSOE andaluz ha tomado el mando, para que no se produzcan intentos de última hora antes o justo después de esas elecciones. En paralelo se produjeron dos circunstancias. Mientras Pedro Sánchez obtenía el aval de la ejecutiva del PSOE para iniciar esas conversaciones, insistiendo en que debía «quedar claro» que no pretendía liderar una alternativa –por ahora– al PP, el PSOE andaluz frustraba cualquier esperanza.

«No cansemos a la gente»

Juan Cornejo, el secretario de los socialistas andaluces, y el hombre fuerte que asesora en todo lo que necesite a Susana Díaz, puso coto a cualquier deriva: «Hay buena voluntad, matemáticamente es posible, pero políticamente es inviable, no distraigamos ni llevemos a pensar a los ciudadanos que estamos en un camino que pueda dar frutos cuando es inviable; no cansemos a la gente», remachó.

Lo que sí pidió Cornejo, en nombre de los socialistas andaluces, es que Rajoy dé un paso atrás y «sea generoso» para favorecer la investidura. Según Cornejo los dirigentes del PSOE «no están por la abstención aún». Pero tanto Cornejo, como Sánchez y el resto de la cúpula del PSOE saben que eso es también pedir por pedir, porque ni Rajoy se lo plantea, ni la dirección del PP se lo reclamará.

¿Entonces, a qué juega el PSOE? Con el guión marcado por el PSOE andaluz, que choca con la llamada vía Iceta (por Miquel Iceta, primer secretario del PSC), de querer presentar una alternativa con Podemos y esperando que Ciudadanos se abstenga –los dos partidos rechazan esa posibilidad– a Sánchez sólo se le permite ganar tiempo.

Todo pasa por Galicia

Sánchez, tras la ejecutiva socialista, después de inisistir en que no quería liderar nada, afirmó que su deseo es iniciar conversaciones con todos los partidos, también con los nacionalistas catalanes, y si, en algún momento, ve que cuenta con los votos suficientes –nunca antes, como sucedió con su primer intento tras las elecciones del 20D– intentaría una segunda investidura. Y que lo someterá a un comité federal cuando lo considere oportuno «antes o después de las elecciones del 25S».
La conclusión es que todo sigue bloqueado. Que sólo un buen resultado en Galicia –facilitando una alternativa a Nuñez Feijóo si éste pierde la mayoría absoluta– y en el País Vasco podrían fortalecer la figura de Sánchez. Pero no para plantear una alternativa a Rajoy, sino para ir a unas terceras elecciones con más confianza.

Es en el caso contrario cuando se podrían mover las cosas con celeridad. Es decir, si el PSOE gallego fracasa en las urnas, si el PP gallego mantiene el poder, y si el PSOE vasco queda en una posición irrelevante, sería la señal de alarma para que el conjunto de los socialistas, con Susana Díaz al frente, Fernández Vara o Javier Fernández, buscara una reacción que pasaría por la abstención en una segunda investidura de Rajoy, para, desde la oposición, rehacer el ejército derrotado.

Rajoy sigue firme

Ese es, precisamente, el anhelo de Rajoy, que mantiene sus tesis, como este lunes repitió, desde Hangzhou, donde participa en la cumbre del G20.

El líder del PP buscará una alianza con el PNV, en función de los resultados en el País Vasco, pero, principalmente, esperará la abstención del PSOE. Y, aunque Sánchez reiteró que eso no ocurrirá ni antes ni después del 25S, la última palabra la tendrá el conjunto de dirigentes socialistas, con el PSOE andaluz al frente.  

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