Los críticos de Ciudadanos se imponen a Albert Rivera

Las tesis de Luis Garicano, que defendió un pacto con Sánchez basado en "exigencias duras" con Cataluña, se abren paso en la ronda final del Rey

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Los críticos de Ciudadanos con la inamovible línea de pactos trazada por Albert Rivera desde las pasadas elecciones generales no podían ocultar este lunes su satisfacción tras el sorprendente giro anunciado por el líder del partido naranja.

Rivera se había mostrado, hasta ahora, inflexible con el veto a Pedro Sánchez. En las últimas semanas no sólo se negó a pactar con Sánchez, sino que tan siquiera quiso entrevistarse con el presidente del Gobierno en funciones, por mucho que había voces en Ciudadanos que pedían un entendimiento con el PSOE.

Ninguna tan destacada como la del eurodiputado de Cs Luis Garicano, que desde el pasado junio ha defendido un pacto con el PSOE basado en «exigencias duras» con Cataluña. Garicano se ha mantenido, pese a todo, en las filas de Cs.

Otros, en cambio, iniciaron una auténtica estampida: Toni Roldán (que dimitió como diputado), Javier Nart, Francisco De la Torre e incluso el padre político de Rivera, Francesc De Carreras. Todos ellos abandonaron Cs.

El giro de Rivera y la llamada a Casado

Sus protestas, visto lo visto, no han sido en balde, puesto que Rivera ha rectificado. Del veto innegociable a Sánchez —que convirtió en mandato de la ejecutiva de Cs— ha pasado a ofrecer tres condiciones para la abstención en la investidura. Rivera anunció sus tres exigencias y, a continuación, precipitó una reunión con el líder del PP, Pablo Casado, con el propósito de explorar una abstención conjunta. Pero en realidad la reunión solo sirvió para mostrar, una vez más, la excelente sintonía que mantienen ambos líderes.

Las condiciones son difícilmente asumibles para el PSOE. La primera: un cambio de tercio en Navarra que suponga la ruptura del acuerdo con los nacionalistas vascos y posibilite un gobierno constitucionalista. La segunda: la creación de una mesa de partidos integrada por PP, Cs y PSOE para decidir sobre una nueva aplicación del artículo 155 en Cataluña y la renuncia previa a la posibilidad de conceder un indulto a los líderes independentistas. Y la tercera, el compromiso de no subir impuestos.

De Garicano a Rivera

Garicano, en su momento, no fue tan concreto, ya que esas «duras exigencias», dijo el eurodiputado, «podrían tener que ver con la aplicación del Estado de Derecho en Cataluña, con TV3 y con aplicar las sentencias del Tribunal Constitucional sobre la política lingüística».

En todo caso, Garicano se felicitó por el giro de Rivera: «Ciudadanos, con Albert Rivera al frente, ha sido, es y será el partido responsable y comprometido con el futuro de nuestro país. Nuestra propuesta lo demuestra. Ahora le corresponde a Casado y a Sánchez mostrar su sentido de la responsabilidad».

Garicano no fue el único en felicitarse. También lo hizo Toni Roldán, Francisco Igea (vicepresidente de Castilla y León) y Manuel Valls. Todos han dejado de predicar en el desierto.

Los números de la investidura

Sea como fuere, la abstención en solitario de Cs, como la del PP, no sería suficiente para facilitar la investidura de Sánchez. Pero la de ambas formaciones sí basta para que el presidente del Gobierno ahora en funciones reedite el cargo en segunda votación, con mayoría simple.

Pero el PSOE se apresuró a enfriar cualquier aproximación, alegando que “no hay razones objetivas” para que Cs y PP no lleven a cabo una abstención “técnica”, sin condiciones. Porque el espíritu de lo que pide Cs, dice el PSOE, ya se está cumpliendo.

Por un lado, alegan los socialistas, porque en Navarra “hay un gobierno que defiende la Constitución” y “no hay pacto con Bildu ni lo habrá”. Y por otro, añaden, en Cataluña el Gobierno ya está velando por el cumplimiento de la Carta Magna. Y, por lo que respecta a los impuestos, insisten en que su intención es aliviar la carga fiscal de la clase media. La pelea, de nuevo, es por el relato. 

Y el relato se le complica a Sánchez, que de no aceptar esa eventual abstención combinada, estaría rechazando dos opciones distintas para ser investido: esa y la de Podemos. Si hubiera repetición electoral, le costaría mucho al PSOE vender que la culpa no es suya.

La ronda final del Rey

En todo caso, el desenlace del culebrón debería llegar este mismo martes, que es cuando el Rey completa su ronda de contactos antes de decidir si convoca o no un nuevo pleno de investidura antes de  que el lunes que viene venza el plazo y la legislatura se precipite definitivamente a una nueva cita con las urnas el 10 de noviembre.

Felipe VI se reúne esta mañana de martes con Laura Borràs (JxCat), Jaume Asens (En Comú-Podem), Santiago Abascal (Vox) y Pablo Iglesias. Y, por la tarde, con Rivera, a las 16.30 horas; con Casado, a las 17.15 horas, y con Sánchez, a las 18.00 horas.

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