Mas asegura que asumirá su responsabilidad por el ‘caso Palau’

La oposición cerca al President, que reta al juez a demostrar las acusaciones contra Convergència

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Artur Mas comparecerá el próximo 31 de julio en comisión en el Parlament para explicar el caso Palau. Pero este miércoles, en el pleno de la cámara catalana, ha podido comprobar la tensión que se vive entre la clase política. Toda la oposición ha cercado a Mas para que dé cuentas de la posible financiación irregular de Convergència, como apunta el juez.

Y Mas ha optado por una doble vía. Primero, ha asegurado que asumirá toda la responsabilidad del caso, cuando se conozcan todos los detalles. “Si el juez lo demuestra, seré el primero en actuar”, ha afirmado.
Pero, al mismo tiempo, reta al juez a demostrar todo lo que apunta en el auto, dado a conocer este martes. “De acuerdo con lo que se me ha explicado, no ha habido ninguna financiación irregular a Convergència”, ha sentenciado.

¿Pero, quién se lo ha explicado? Mas apunta a que los responsables de las finanzas del partido así se lo han ratificado, y él se los cree. A partir de esa aseveración, si hay algo más, el President actuará en consecuencia.

No es el ‘caso Bárcenas’

De ahí no se mueve la dirección de Convergència, dispuesta a defenderse de todas las acusasiones, y desde una premisa muy clara: el caso Palau no es el caso Bárcenas, ni Mas es Rajoy. El President ha rechazado con desagrado esa comparación, realizada por todos los grupos, salvo ERC y PP, los dos por razones obvias. “Yo no miro a otro lado, respondo directamente, y compareceré en una comisión específica para responder con más tiempo, quizás otros no dan explicaciones, pero no me metan en el mismo saco”, ha sentenciado.

Quien ha equiparado las dos situaciones ha sido Joan Herrera, el líder de ICV. “En los dos casos, hay corruptores y corruptos e indicios de financiación irregular”, ha afirmado, añadiendo que, también en los dos casos, “hay evasivas”. Herrera se ha mostrado especialmente molesto con Mas, por la marginación del representante de ICV de la Sindicatura de Comptes, a instancias de CiU y PSC.

Respecto a Sánchez-Camacho, la líder del PP catalán, el duelo dialéctico ha sido más duro, porque Mas no ha querido entrar “en el terreno personal”, para no ofenderla. La dirección de CiU no perdona a la dirigente popular su actitud respecto a la conversación mantenida con la ex novia de Jordi Pujol Ferrusola en el restaurante La Camarga. Y todo ello no ha hecho más que enrarecer las relaciones entre los dos líderes políticos.

El 4% como problema

El President Mas ha comprobado, sin embargo, que está inmerso en una situación muy complicada, y que nadie desea ayudarlo, salvo Esquerra Republicana, que sólo busca que se concrete cuanto antes una fecha para la consulta soberanista, algo que Mas no está dispuesto a fijar.

El líder de Ciutadans, Albert Rivera, le ha espetado que tiene un problema, efectivamente, y se llama “4%”, en referencia a la frase de Pasqual Maragall, quien, en 2005, la pronunció, pero reduciendo ese porcentaje al 3%, sobre el supuesto cobro de comisiones por la concesión de obra pública.

La reacción de Mas

Aquí Mas ha vuelto a exhibir un cierto poderío político, harto de especulaciones, que, por ahora, y a la espera del juicio del caso Palau, no están probadas. “Revisen los expedientes que se hicieron de contratación y todo lo que se adjudicó a Ferrovial y verá que se hace de manera correcta, porque ¿cómo puede haber un trato de favor si hay objetividad en el concurso?”, ha asegurado.

Esquerra se ha limitado a pedir a Mas que “depure” responsabilidades, con la idea de que CiU debe dejar atrás cualquier atisbo de corrupción antes de embarcarse por la senda independentista de forma ya definitiva, con una consulta en 2014.

Y Pere Navarro, el líder del PSC, ha concluido, sin más rodeos: “¿Nos puede garantizar que su partido no se ha financiado de forma irregular?”

Con toda la información de la que dispone Mas, “no ha habido ninguna financiación irregular a CDC”. El juez dirá. Antes, sin embargo, el 31 de julio, Mas deberá explicarse de nuevo en el Parlament.

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