Montull siembra el pánico en el núcleo duro de Mas

El acuerdo con la Fiscalía está en las manos de Jordi y Gemma Montull, que sólo conseguirán una rebaja en la petición de penas si delatan a CDC

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El protagonista del inicio del juicio del Palau de la Música no es Fèlix Millet, su ex presidente, sino el que fue su mano derecha, Jordi Montull. Para evitar la posibilidad de una larga condena de cárcel para su hija Gemma, Jordi Montull está dispuesto a llegar a un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción, que pasaría por avalar la tesis del fiscal Emilio Sánchez Ulled: Convergència usó el Palau de la Música como tapadera para cobrar comisiones ilegales de Ferrovial por la adjudicación de obra pública. En el actual PDECat, herederos de la antigua Convergència, temen que Jordi y Gemma Montull acaben apuntando al mismísimo Artur Mas.  

El acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción está en manos los Montull. Al finalizar la primera sesión del juicio, Jordi Montull comentó que había sido «aburrida», pero avanzó que «la próxima semana será más divertida», dando a entender que podría colaborar con el fiscal Sánchez Ulled. Fuentes próximas al ministerio público señalan que todo dependerá de la actitud que adopten durante el juicio tanto Jordi Montull como su hija Gemma, ex directora financiera del Palau de la Música: si reconocen los delitos y confiesan los hechos, incluido el financiamiento ilegal de Convergència, la fiscalía puede rebajar la petición de penas para Gemma Montull en sus conclusiones finales. Las acusaciones particulares y populares también lo tendrían en cuenta. El misterio se desvelará el próximo 8 de marzo, cuando los Montull declararán ante el tribunal que preside la magistrada Montserrat Comas.  

Fèlix Millet y Jordi Montull pueden acogerse a atenuantes, como el de confesión, aunque se trató de una confesión muy parcial cuando reconocieron algunos hechos en una carta que publicaron en La Vanguardia en 2009. También pueden obtener beneficios penitenciarios por su edad -81 y 79 años, respectivamente- y por su delicado estado de salud. Este no es el caso de Gemma Montull. En las conclusiones provisionales, la fiscalía le pidió 26 años de cárcel, sólo uno menos que su padre. Este quiere evitarle a toda costa una larga condena.  

CDC intenta rebajar el tono político del juicio

Ante la posibilidad que los Montull tiren de la manta, que confiesen la financiación irregular de Convergència, la defensa del partido ha cambiado de estrategia. Javier Melero, abogado de CDC y de su ex tesorero Daniel Osàcar, ha renunciado en el primer día de juicio a la citación de 36 testigos, entre los que se encuentran dos ex consejeros de obras públicas de la Generalitat –Felip Puig y Pere Macías– y el actual diputado Jordi Turull. De esta forma, se rebaja el tono político. La defensa de CDC intenta que el saqueo del Palau no se centre en la financiación ilegal del partido. Intentan despolitizar el juicio.   

Del Palau de la Música desaparecieron más de 30 millones de euros, de los cuales 6,6 millones acabaron en Convergència, según el informe de fiscalía. No obstante, Emilio Sánchez Ulled, que ya fue hace unos días el fiscal del caso 9N contra Artur Mas, sabe que el premio de este juicio no son los dos saqueadores confesos –Millet y Montull- sino demostrar la financiación irregular de Convergència. Para ello, sin duda le sería de ayuda que los Montull corroborasen sus tesis.  

En declaraciones a Economía Digital, sobre la posibilidad de un acuerdo entre Montull y la fiscalía, el abogado Javier Melero respondió con una cita del evangelio según San Lucas: «En el cielo hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento». La cita está sujeta a diversas interpretaciones.  

Millet y Montull se funden en un largo abrazo

El arrepentimiento de Montull alegraría a la Fiscalía Anticorrupción. Tal posibilidad ya está generando alarma entre los convergentes. Queda por ver la estrategia que seguirá Fèlix Millet. La realidad es que Millet y Montull continúan siendo uña y carne. Cuando este miércoles se reencontraron en un espacio reservado de la Ciudad Judicial, protegidos detrás de unas mamparas, se fundieron en un largo abrazo. Montull apoyó su frente en la cabeza de Millet. Durante veinte minutos, estuvieron contándose confidencias, incluso con alguna carcajada, hasta que fueron llamados para entrar en la sala de vistas.

Los abogados de Millet y de Montull han solicitado que se les exima de asistir a la mayor parte de las sesiones de este juicio, que durará hasta el próximo junio. Los dos alegan motivos de salud. Millet acudió a la Ciudad Judicial en silla de ruedas. Le acompañaba un asistente. En noviembre pasado se movía sin silla por la ciudad de Barcelona.

Las defensas piden la prescripción de los delitos

Las defensas de de los dieciséis acusados reclamaron en la primera jornada del juicio la prescripción de los delitos que se atribuyen a sus clientes y la anulación de algunas pruebas. El tribunal decidirá este jueves si acepta o rechaza estas peticiones. Entre los acusados también figuran dos ex directivos de Ferrovial, Pedro Buenaventura y Juan Elizaga, para los cuales la fiscalía ha pedido provisionalmente penas de cuatro años y medio de cárcel.  

Ferrovial y Convergència están en el mismo barco. Si naufragan, se hundirán juntos. El abogado Cristóbal Martell, que lleva la defensa de Pedro Buenaventura, pidió la nulidad de la principal prueba de cargo contra los dos ex directivos de Ferrovial y el ex tesorero de CDC. Se trata de un CD en el que se volcó el contenido del ordenador de la secretaria personal de Millet, en el que figura un documento que relaciona pagos entre la constructora y el partido a través del Palau de la Música, según mantiene la fiscalía. Martell argumenta que la orden judicial de registro no acaparaba el clonado de los ordenadores y que se ha roto la cadena de custodia de la prueba.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp