Pedro Sánchez inicia los preparativos del 155 en Cataluña

El presidente del Gobierno en funciones ordena a sus asesores que estudien la intervención de la Generalitat y emplaza a PP y Cs a acordar el alcance

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El mismo Pedro Sánchez que hace apenas unos meses negociaba la figura de un mediador o un relator —no quedó muy claro— para facilitar el diálogo con el gobierno de Quim Torra, hoy maneja sobre su mesa varios informes para la aplicación del artículo 155 en Cataluña.

El mismo Sánchez que llegó a la Moncloa de la mano de Podemos, ERC, Junts per Catalunya y PNV, el mismo que intercambiaba papeles y se prestaba a entrevistas con Torra, hoy prepara el terreno para desalojar a los nacionalistas de la Generalitat mediante una intervención del autogobierno.

Conforme pasa el tiempo, cada vez es más difícil seguir el hilo de un Sánchez que hoy hace precampaña con el lema «Ahora, Gobierno; ahora España» mientras que hace unos años se paseaba por Cataluña, en su carrera por tomar las riendas del PSOE, subrayando la necesidad de reconocer «la singularidad de la nación catalana con un federalismo asimétrico».

Sánchez, el camaleón

Hay tantos Pedro Sánchez como hagan falta. Así es el líder socialista: camaleónico, superviviente y calculador. En febrero había dosis abundantes de ibuprofeno en Cataluña, mientras que hoy se prepara para acudir al quirófano e intervenir.

Aquel Sánchez que explicaba, ya siendo presidente, que no se daban las circunstancias para la aplicación de un nuevo 155 en Cataluña, que aquél era un procedimiento extraordinario para momentos excepcionales, hoy habita en la hemeroteca.

Pasan las hojas del calendario y sigue mutando el dirigente cuatro estaciones. Uno en invierno, otro en primavera, otro en verano y otro en otoño. Sobra decir que habrá Sánchez mid season si conviene.

El líder alzado sobre el «no es no» a Mariano Rajoy no tiene inconvenientes en emplazar ahora al PP a llegar a acuerdos. Su última especialidad es recordar que estuvo del lado del Gobierno popular en el convulso octubre de 2017, cuando no quedó más remedio que aplicar el 155 al gobierno de Carles Puigdemont. Quiere la justa correspondencia.

PP y Ciudadanos intentan seguir los cambios de Sánchez, no sin dificultades. No es fácil acorralar a un político que pasa, en un abrir y cerrar de ojos, de disputar el electorado de izquierdas a Podemos a buscar el voto moderado; de apaciguar a los nacionalistas a amenazarlos con el 155; de la retórica del país a la de España en letras bien grandes.

Dijo Pablo Casado en el debate de investidura que Sánchez actuaba como un trilero, pero no supo ver dónde estaba la bolita. Así que Casado ni desmontó los cubiletes ni echó abajo su mesa de cartón. Demasiado rápido para sus ojos. 

El líder del PP quiere comprobar ahora si bajo los cubiletes de Sánchez se esconde el 155 o si no es más que una estrategia para ocupar el espacio de Ciudadanos. Y se niega a apostar sin que el presidente aplique antes la ley de Seguridad Nacional para tomar el control de los Mossos d’Esquadra. No hay respuesta, de momento sólo juego de manos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp