Por qué no se pueden manipular los resultados del 21-D

La intermediación de empresas tecnológicas no es vinculante: es la Junta Electoral, con copias originales de los escrutinios, la que da validez a la votación

Una mesa electoral empieza el recuento de votos en la Escuela Industrial de Barcelona durante las pasadas elecciones catalanas, en 2015. La comunidad volverá a votar el 21-D. | EFE

Una mesa electoral empieza el recuento de votos en la Escuela Industrial de Barcelona durante las pasadas elecciones catalanas, en 2015. La comunidad volverá a votar el 21-D. | EFE

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Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) encendió la mecha al advertir que organizará un “recuento paralelo” para evitar un posible “pucherazo” en las próximas elecciones catalanas previstas para el 21 de diciembre. «La autoridad electoral adulterará los resultados”», denunció el portavoz, Sergi Sabrià. La sombra que se suma a las sospechas de las “injerencias rusas” expresadas por otros partidos y que han puesto en tela de juicio la fiabilidad de los comicios. ¿Se pueden manipular los resultados? La respuesta es clara: no.

El escrutinio y los resultados no se pueden hackear ya que el electoral se trata de un proceso manual y físico. Adiós a los miedos de los piratas informáticos rusos. Indra, la empresa seleccionada por la Generalitat de Catalunya solamente dará soporte a la captura y difusión de los datos de un modo informativo. Las cifras oficiales serán responsabilidad de la Junta Electoral y se tomarán de la mano de las copias originales de las actas de escrutinio.

Así, la tecnológica española no realizará el recuento de los votos. Será responsabilidad de los miembros de las mesas electorales supervisados por los interventores de los partidos políticos. Una vez finalizado el conteo, serán entregados físicamente a los juzgados por parte de los presidentes de mesa.

La Generalitat aplica exigentes protocolos de seguridad para garantizar cada paso del escrutinio

Además, las diversas formaciones también guardarán una copia de los resultados de todas las mesas hasta el escrutinio final. De este modo, el resultado oficial no llegará hasta ente tres y seis días después de las votaciones, cuando lo certifique la Junta Electoral.

Durante la jornada, la Generalitat aplicará varios protocolos de seguridad para garantizar cada paso del escrutinio. A pesar de la relevancia de los próximos comicios, no están previstos cambios respecto al sistema de trabajo que ya se llevó a cabo en las autonómicas de 2015. Sin embargo, la administración se resiste a desvelar las medidas «ya que podrían perder su efectividad».

El proveedor de servicios informáticos también repetirá. Indra ya gestionó las últimas elecciones al Parlament, cuando las formaciones independentistas obtuvieron una mayoría en escaños a pesar de contar sólo con el 47,74% de los votos. Es más, la tecnológica es el contratista favorito de la administración catalana para sus comicios. Todas las elecciones autonómicas desde 1999 han pasado por sus manos, igual que el Referéndum del Estatut, en 2006.

Las denuncias de Podemos

Las sospechas sobre Indra no son ahora una novedad. En las Elecciones Generales, celebradas en junio de 2016, varios activistas y votantes de Podemos denunciaron el robo de un millón de votos a la formación morada. A los pocos días, el mismo Pablo Iglesias y otros dirigentes del partido, negaron las especulaciones en declaraciones oficiales.

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