Torra aprieta las tuercas a ERC pese a la tregua con JxCat

El president se desmarca de la tregua entre JxCat y Esquerra y exige a los de Junqueras que reclamen al PSOE mediación internacional y autodeterminación

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En las sesiones de control al presidente de la Generalitat en el Parlament este siempre se da dos respiros, cuando tocan las preguntas de JxCat y ERC. Por eso este miércoles llamó la atención la dureza con la que se empleó Quim Torra en su réplica al presidente del grupo de Esquerra en la cámara catalana, Sergi Sabrià, al que le exigió que Esquerra reclame al PSOE una mediación internacional que los republicanos no han puesto sobre la mesa y le recordó que también los de Oriol Junqueras se han comprometido por escrito a hacer efectivo «el derecho de autodeterminación» tan pronto como sea posible.

El desmarcaje de Torra fue su réplica a Sabrià después de que este usara su intervención para vindicar la postura mantenida por ERC en la negociación con el PSOE. Que el intercambio se haya producido apenas 24 horas después de la relativa tregua que los dos socios que integran el gobierno catalán sellaron el martes todavía hace la situación más chocante.

Sabrià defendió que  ERC ha intentado «trasladar» sus contactos con el PSOE a «todos los actores» del independentismo, y consideró que hay una «oportunidad histórica» de sentar al Gobierno en una mesa de negociación con la Generalitat. El republicano alegó que si los socialistas «no se mueven», ERC mantendrá su no a la investidura de Sánchez, pero instó a Torra a facilitar ese primer movimiento. «Hagámoslo posible», dijo, «si los hacemos moverse, será el punto de partida para conseguir nuestros objetivos».

Se trataría de un primer paso para el que «aún estamos lejos», admitió, porque al otro lado de la mesa aún no se acepta ni la «bilateralidad» de las futuras conversaciones para encauzar la crisis política en Cataluña ni tampoco se han planteado, dijo, las «garantías» que piden los republicanos de que los eventuales acuerdos se cumplirán. «Eso es hacer politica, president, ¿verdad?», concluyó Sabrià, convirtiendo así el alegato en una pregunta, que es a lo que se supone que dedican sus intervenciones los grupos en la sesión de control. 

La respuesta de Torra fue recordarle a Sabrià que los suyos también firmaron tanto el acuerdo del govern del 14 de octubre en respuesta a la sentencia de la causa del procés, la Declaración de la Llotja de Mar, el manifiesto del primer encuentro de la llamada asamblea de cargos electos de Cataluña y también un «acuerdo nacional» suscrito por JxCat, ERC y la CUP, textos en los que se abogaba por rechazar la sentencia, exigir la amnistía y el retorno de los «exiliados», reclamar una mediación internacional y ejercer la autodeterminación «en el plazo más breve posible». «Eso lo votaron todos los diputados independentistas de esta cámara y estoy seguro de que harán honor a este compromiso», zanjó el president.

Pulla a ERC tras la desinflamación 

La pulla llega después de que el martes JxCat retirara una moción que había presentado y que se tenía que votar este jueves relativa a las conversaciones, y que ponía a ERC en el brete de votar un texto que elevaba las exigencias que está planteándole a los socialistas en la mesa de negociación. El mismo martes, además, la portavoz del govern, Meritxell Budó (JxCat) no quiso entrar en consideraciones sobre las reuniones Esquerra-PSOE, a diferencia de lo que había hecho las dos semanas anteriores, cuando había llegado a desautorizar la postura de los de Junqueras. 

Esa desinflamación está vinculada con que ERC haya descartado una investidura exprés que el PSOE llevaba días vendiendo que sería posible, y con que el comunicado conjunto con el que se saldó la tercera reunión apele a que la futura negociación para buscar una solución al «conflicto político» pase por «el reconocimiento institucional mutuo» -un guiño a la exigencia de JxCat de que Torra interlocute directamente con Sánchez.

Pero además, con la decisión de ERC, anunciada por Joan Tardà, de hacer posible que los posconvergentes tengan grupo parlamentario propio en el Senado cediéndoles dos senadores y de facilitar también su integración en la Alianza Libre Europea (ALE), el grupo del Europarlamento en el que están integrados los de Junqueras.

En todo caso, la decisión de levantar el pie del acelerador en el pulso con Esquerra, que suscitó críticas de la CUP y los llamados Comités de Defensa de la Republica, no ha sido del gusto de todos en el seno de JxCat.

El mismo martes, después de que el portavoz posconvergente, Eduard Pujol, anunciara la retirada de la moción con el agumento de que no querían entorpecer el diálogo, el vicepresidente del Parlament, Josep Costa, reaccionó con un mensaje en Twitter en el que alegaba que «no tiene sentido negociar nada con el Estado que no sea la autodeterminación». Y la diputada en el Congreso Laura Borràs insistía en la misma red social en los planteamientos de JxCat y afirmaba que «la autodeterminación es el eje central sobre el que pivota» la «solución política».

Fuentes de la dirección de Esquerra aseguran que ya esperaban la andadana de Torra porque en JxCat hay un sector en el que «están enfadados». Este martes, en el Parlament, el president simplemente se encargó de dejar claro que en ese sector es en el que también está él.

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