Quim Torra alienta la confrontación: «No nos detendremos»

El president insiste en ejercer la autodeterminación pero reclama a la oposición que avale los presupuestos para gestionar el día a día en clave autonomista

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Tampoco el debate de política general, el más importante del curso en el Parlament, ha servido para que Quim Torra clarifique su hoja de ruta en respuesta a la inminente sentencia del Tribunal Supremo en la causa del procés.

Torra se limitó en su comparecencia parlamentaria de este miércoles a repetir literalmente algo que ya apuntó en su mensaje institucional de la Diada. Aquello de que «volveremos a ejercer todos los derechos que nos sean negados, incluido el de autodeterminación».

El president insistió en que es el Estado el que busca continuamente «la confrontación» con el independentismo, y puso como ejemplo a los miembros de los Comités de Defensa de la Republica (CDR) detenidos por la Guardia Civil el lunes, en una operación que tachó de «arbitraria» y enmarcó en la política de crear «un relato falso y ridículo de violencia que no ha existido nunca». El mismo que a su juicio vertebrará la condena, que dio por segura, contra los líderes independentistas procesados. 

Torra avisa a Sánchez

Torra acusó a Pedro Sánchez de actuar en clave electoralista y de falta de «valentía» para negociar. «Siempre querremos el diálogo, pero como no se sientan en la mesa, nosotros seguiremos adelante y no nos detendremos», advirtió. ¿Y en qué consistirá eso? Pues en «recuperar la iniciativa» para fijar un horizonte con «el objetivo de la independencia». Lo dijo en las dos conferencias que dio a mediados de agosto y principios de este septiembre y lo repitió tal cual, y con idéntico grado de abstracción, en el Parlament.

Por lo demás, dedicó buena parte de las dos horas de su intervención a desgranar una serie de objetivos sectoriales que nada tienen que ver con la hoja de ruta independentista, para demostrar así su disposición a gestionar «con rigor y pasión las competencias» que tiene la Generalitat «en el actual marco legal». O, lo que es lo mismo, su voluntad de seguir exprimiendo la legislatura a base de asumir una agenda autonomista en el día a día, para lo que insistió en la necesidad de aprobar unos presupuestos para 2020 que tendrán como prioridad, subrayó, las políticas sociales y la reducción de las desigualdades. 

Las cuentas de Torra

Las cuentas prevén un gasto de más de 26.000 millones, una cifra superior en 2.500 millones a la de los presupuestos de 2017, los últimos aprobados, y Torra insistió en que podria ser mayor de no existir déficit fiscal ni las deudas del Gobierno con la Generalitat, que lo ha llevado a los tribunales por el impago de 1.300 millones. Además, Torra plantea renegociar el objetivo de déficit para que pase del 0% actual a un 0,31%. 

La batería de reclamaciones económicas la hizo compatible el president con ataques furibundos al conjunto del Estado, al que acusó de haber dinamitado la separación de poderes, de aplicar una política de «engaño tras engaño» y de estar instalado en una inestabilidad mucho mayor que la de la Generalitat, algo que argumentó recordando que él va camino de ver la tercera legislatura española desde que asumió la presidencia hace año y medio, y que en Cataluña hace mucho que hay gobiernos de coalición, un escenario que nunca se ha dado a nivel nacional y que el PSOE sigue rechazando.

Se trata de esa misma inestabilidad que la propia portavoz del govern, Meritxell Budó, advirtió la semana pasada que no se podría superar mientras no se resuelva la situación en Cataluña, y que según el president se traduce en una «deslealtad institucional» de la Moncloa para con el govern y «los ciudadanos de Cataluña».

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