España ya es el tercer país de Europa con más muertos en 14 días

Las cifras evidencian que España es uno de los peores países del mundo en la lucha contra la pandemia y vive los peores rebrotes

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Que a dos semanas de la vuelta al cole todavía se estén discutiendo las medidas a tomar en las escuelas e incluso esté en duda la fecha de inicio en muchas comunidades es el más reciente ejemplo del descontrol que existe en España respecto a cómo afrontar la segunda ola del coronavirus, que está siendo especialmente dura. Es probablemente la peor del mundo y los datos no aguantan la comparación con otros países, ni en contagios ni en muertos.

España es el país de Europa con más contagios actualmente, y el quinto del mundo. Todos los que le superan viven todavía la primera ola, más dura, porque la pandemia llegó más tarde. Pero en mortalidad, las cosas no están mejor. Los datos actualizados de la Comisión Europea revelan que España es ya el tercer país de la UE con más mortalidad en las últimas semanas pese a las PCR, las medidas de precaución y que los hospitales no están saturados.

La Comisión utiliza un baremo que no suele usarse para calcular la mortalidad por Covid-19. Los fallecidos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Es el mismo cálculo que sí es habitual para los contagiados, pero para las víctimas mortales. El resultado es que solo dos países de la UE están sufriendo más víctimas actualmente con respecto a su población mientras que los grandes países del continente, Italia incluida, quedan muy por debajo.

España ha sufrido 0,8 muertes por cada 100.000 habitantes por coronavirus en los últimos 14 días. Solo Rumanía (3,2) y Bulgaria (1,5) superan a España, mientras que Bélgica, otro país que no ha dado con la fórmula contra la Covid-19, tiene la misma tasa que nuestro país. La gestión de la pandemia de Pedro Sánchez, Salvador Illa y Fernando Simón dejó España como uno de los países más impactados en la primera ola y ahora vive los peores rebrotes con la estrategia cedida a las CCAA.

La comparación con los principales países europeos deja en evidencia las decisiones del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. El índice de mortalidad en las últimas dos semanas en nuestro país multiplica por dos el de Italia, el primero del continente en recibir el duro impacto del coronavirus, y el de Portugal, casi por tres el de Francia y Países Bajos, por cuatro el de Reino Unido y por ocho el de Alemania.

Las cifras de contagios se ha disparado en nuestro país, pero las autoridades lo achacaban a que se han incrementado mucho el número de pruebas PCR que se están realizando, pues les permitía sacar pecho. Los datos de mortalidad, sin embargo, son crudos, reales como la vida misma si es que el Ministerio de Sanidad está contando, por fin, todos los casos. Es de esperar que así sea ahora que no hay escasez de test y los geriátricos no viven una situación límite.

España de la primera a la segunda ola de coronavirus

España vive una segunda ola muy negra. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, la preveía para otoño, pero ha llegado en pleno verano y en medio de las vacaciones, un periodo que debería ser tranquilo, con el turismo internacional totalmente hundido, pues el hecho de no ir al trabajo minimiza riesgos en los desplazamientos y en el contacto con los compañeros.

Es muy difícil, por no decir imposible, encontrar todos los factores de esta situación y evaluar el grado de responsabilidad de cada uno de ellos. Probablemente haya una parte de la misma que nos corresponda a cada uno de nosotros y a nuestras actuaciones en la sociedad. Pero son los responsables políticos los que tienen la tarea de dictar las medidas a tomar, controlar su cumplimiento, evaluar su eficacia y cambiarlas o endurecerlas si no resultan.

Desde marzo, el Gobierno ejerció un liderazgo, a través de la figura experta, y entonces despolitizada, de Fernando Simón. Pero el trío Sánchez-Illa-Simón abdicó el día que cayó el estado de alarma. El Ejecutivo pasó la batuta a las comunidades autónomas, muchas de las cuales la reclamaban, como Cataluña y Madrid, y España pasó a contar con 17 soluciones distintas con criterios y medidas distintas.

Así, mientras a principios de junio la pandemia parece más o menos controlada, a finales de ese mismo mes los datos empezaron a empeorar. El Gobierno había desaparecido y Simón dejó de dar su rueda de prensa diaria –sigue sin darla cada día– tras sus polémicas vacaciones en Portugal. En agosto la situación empeoró todavía más y ni los cientos de rebrotes ni el desorden en la vuelta al cole han logrado que Sanidad vuelva a coger la batuta. Al menos, Sánchez sí que interrumpió sus vacaciones.

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