Divorcio entre CDC y ERC por la comparecencia forzada de Mas en la comisión Pujol

El Govern muestra su irritación y amaga con dejar en papel mojado el proyecto de plebiscitarias para el 27 de septiembre

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Se acabó. No da más de sí, aunque el colectivo soberanista ponga la mejor voluntad. El President Artur Mas tiene justo ocho meses por delante para rehacer su partido, o para refundar Convergència y buscar alguna plataforma de independientes. Irá a esas elecciones a ganar, a sobrevivir. Y Esquerra Republicana hará lo propio.

El camino en común, con una hoja de ruta compartida, será inviable. Los intereses son contrapuestos. Y lo que ha ocurrido en las últimas horas no se podía evitar.

Irritación mayúscula en el Govern

La irritación en el Govern de Artur Mas es mayúscula, tras la decisión de Esquerra Republicana de sumar sus votos a la oposición, y forzar la comparecencia de Mas en la comisión de investigación en el Parlament sobre fraude fiscal, y que, en teoría, está centrada en el caso Pujol.

Pocas horas de aprobar los presupuestos de 2015, que han supuesto para Esquerra partidas adicionales de unos 100 millones en distintas políticas sociales y en incipientes estructuras de estado, los republicanos compensaban votar «un presupuesto todavía autonómico» con la votación que obliga a Mas a comparecer sobre sus supuestas relaciones delictivas con la familia Pujol, o sobre la supuesta complicidad con los negocios de Oriol Pujol en el caso ITV. 

Lucha por el mismo espacio en el territorio

Esquerra no podía actuar de otra manera. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina. Oriol Junqueras se juega el poder en el territorio, y en los municipios catalanes, en las medianas y pequeñas localidades lo que prima no es la cuestión nacional, sino las rencillas y los prejuicios en las dos direcciones entre republicanos y convergentes.

La lucha por un mismo espacio es ya total, y Esquerra no podía, por quinta vez, salvar al President de comparecer en una comisión sobre Pujol, cuando fue su conseller de economía, su portavoz, y su conseller en cap.

En manos del calendario de la comisión que fije David Fernández

¿Podría ser de cara a la galería, teniendo en cuenta el calendario parlamentario, y que si se dilata –el presidente de la comisión es el diputado de la CUP, David Fernández– ya se habrá cerrado el Parlament –la última sesión sería en la última semana de julio– para convocar elecciones?

Al Govern eso le da igual. El conseller de Presidència, Francesc Homs, estalló tras el Consell Executiu, e hizo referencia a un clásico de Convergència: si la agenda política se desplaza de su interés, se pone en juego el objetivo nacional.

«Desde el punto de vista del análisis comunicativo, hay algunos que creemos que el 27S está en juego que Cataluña se convierta en un Estado independiente, y otros quieren que particularmente se hable de otras cosas», aseguró, en alusión a Esquerra y a los casos de corrupción.

Las palabras de Junqueras sobre Oriol Pujol

Aunque Convergència da por amortizado el caso Pujol, insistiendo en que es una cuestión que atañe «a la familia Pujol», las palabas de Junqueras, advirtiendo de que el caso de Oriol Pujol le deba «asco» –una posible utilización del nombre de Mas para que intercediera en la deslocalización de varias empresas– han provocado un enorme malestar.

El coordinador general de CDC, Josep Rull, o el portavoz parlamentario de CiU, Jordi Turull, han sido estrechos colaboradores durante años de Oriol Pujol.

Desasosiego en las entidades soberanistas

Homs insistió en que el 27S, como unas elecciones de carácter plebiscitario, con la voluntad de iniciar un proceso hacia la independencia de Cataluña, se podría desbaratar por completo. Ya no hay la sintonía necesaria, y la ruptura que se ha producido entre Convergència y Esquerra también se ha trasladado a las asociaciones soberanistas, que viven un enorme desasosiego, particularmente en la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

Ahora todo dependerá de David Fernández, y de diputados de la comisión, como el republicano Oriol Amorós, muy activo, que deberán fijar el calendario para que comparezca Artur Mas. La foto del President podría llegar en vísperas de las elecciones municipales. «Esquerra persigue intereses electorales», ha sentenciado Homs.

¿Puede seguir ahora el proceso soberanista como si nada, o se acabó el sueño, y CiU y ERC sólo luchan ya por el poder, dando la razón al pronóstico del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, que auguró una división en Cataluña antes que la división entre Cataluña y España?

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