El independentismo se enfrenta a la peor Diada desde el inicio del ‘procés’
En los partidos y las entidades hay dudas por si se llegará a la cifra de 400.000 asistentes de la manifestación del 2021
El independentismo prepara la Diada del 11 de septiembre en uno de los peores escenarios, desde el inicio del Procés en 2012. En el entorno de los partidos soberanistas y entidades como Òmnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana hay dudas de si la manifestación de este año superará la cifra de 400.000 asistentes de hace doce meses. El recorrido desde la avenida del Paral·lel hasta la estación de França.
El desencanto del votante independentista ya se visibilizó en la edición del 2019, la última antes del estallido de la pandemia, con 600.000 participantes. Un cálculo procedente de los datos facilitados por la Guàrdia Urbana de Barcelona y que quedan lejos de la horquilla 1-1,5 millones de catalanes y catalanas, en el periodo que va del 2012 al 2018. Las entidades no han facilitado formularios de inscripción.
Otra de las diferencias principales es el posicionamiento de las entidades. Para la próxima concentración, la ANC aparca la parte más reivindicativa y focaliza su crítica en la actuación de los partidos, principalmente de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. De hecho, Esther Güell, coordinadora de la Assemblea, cree que la Diada “ya no es una fiesta, no queremos hacer cosas bonitas”.
La confrontación de Esquerra Republicana y Junts per Catalunya
Los simpatizantes de la causa independentista observan, con mucho recelo, las continuas batallas de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. La última amenaza de Jordi Turull, de saltar del Govern de la Generalitat si Aragonès no corrige el rumbo de su ejecutivo, ha incrementado la tensión.
Por otra parte, la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament también ha alimentado las tesis del independentismo más radical, enfado que habitualmente se visibiliza dentro y fuera de la agenda institucional del 11 de septiembre.
En el entorno de ERC apuntan a Economía Digital que “Borràs seguro que utiliza la manifestación para dar un baño de masas similar” a los polémicos episodios vividos en el reciente homenaje a las víctimas de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils.
Asistencia por compromiso
Esquerra, al igual que Junts, mantendrá su asistencia a la manifestación de la Diada, pese a que su relación con la ANC no pasa por su mejor momento. Los republicanos entienden que una de las principales entidades del independentismo, desde la salida de Carme Forcadell de la presidencia, ha perdido su aparente neutralidad a las injerencias de los partidos y se ha abrazado a las tesis del expresidente Carles Puigdemont.
La formación liderada por Oriol Junqueras y Marta Rovira, desde Suiza, asume que paga caro el peaje por su apuesta por un clima de entendimiento, expresado en la mesa de negociación, con el Gobierno de Pedro Sánchez. “Tenemos asumido que recibiremos silbidos y críticas del mundo independentista de Twitter”, apuntan voces desde el interior de Esquerra.
Más allá de la crispación vinculada a la actualidad política reciente, a partir de las 17:14h del 11 de septiembre, las entidades organizadoras (Òmnium y ANC) utilizarán la manifestación para recuperar una vieja reivindicación: El colonialismo del Estado a través del monumento a Cristóbal Colón.
El horizonte del quinto aniversario del 1 de octubre
La apuesta reivindicativa de Junts per Catalunya es el quinto aniversario del 1 de octubre. El partido de Laura Borràs y Jordi Turull ha mostrado una mayor predilección por los actos de conmemoración del referéndum del 2017. Los mismos pivotan alrededor del Consell per la República, el organismo dirigido por Carles Puigdemont desde Bélgica.
El Consell convocará el universo independentista, en el centro de Barcelona, para reivindicar la victoria en la votación y “la legitimidad de la lucha política de Cataluña para convertirse en un estado independiente”, apunta Antoni Castellà, representante del organismo.