«La ampliación de El Prat es una cuestión generacional»

Los empresarios piden a la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona que apoye la inversión de 1.700 millones que Aena proyecta en la instalación catalana

El presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, durante el acto en el que el mundo económico catalán ha urgido este miércoles a cerrar «un gran pacto institucional» que haga posible la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat. EFE/Marta Pérez

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Más de una década después del celebrado acto del Iese, el empresariado catalán se vuelve a reunir con el aeropuerto de Barcelona-El Prat como argumento. Si en 2007 los popes de la economía pedían mayor conectividad intercontinental y una gestión individualizada de la instalación, hoy piden a la Generalitat de Catalunya y al Ayuntamiento de Barcelona que no bloqueen la inversión de 1.700 millones con la que Aena pretende ampliar la infraestructura.

El marco escogido en esta ocasión fue la escuela de negocios Esade, que en un auditorio reunió a un centenar de empresarios –ningún político—que clamaron por la expansión de la infraestructura. Capitaneados por Foment del Treball, asistieron las primeras espadas de compañías como Grifols, Almirall, Repsol, Renfe, Agbar, Planeta, Godó o Saba.

Sin embargo, algunas de las grandes marcas de Cataluña optaron por enviar dirigentes de menor rango al acto, al contrario de lo que hicieron en marzo. Es el caso de firmas como CaixabankBanc Sabadell, Naturgy o Seat.

Entre los asistentes, un sentir generalizado: “Sería absurdo desaprovechar la oportunidad de ampliar el aeropuerto de El Prat”. Un mensaje en el que coincidieron tanto desde la esfera cercana al independentismo como los empresarios que se manifestaron abiertamente en contra de la secesión. «Es un error convertir la ampliación en un tema político», advirtió el presidente de la patronal Pimec, Antonio Cañete.

Con una promesa de inversión de 1.700 millones de euros y la creación de hasta 350.000 empleos, entre directos e indirectos, la obra supondría asegurar el futuro de la infraestructura hasta al menos 2040. «Hay que ser responsables y no hipotecar el futuro de los jóvenes», añadió el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus.

Una imagen del acto en favor de la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat, celebrado este miércoles en Esade. EFE/ Marta Pérez

En la misma línea se expresaba José Creuheras, presidente de Planeta –uno de los impulsores de la creación de Vueling–, en los pasillos. «La ampliación de El Prat es una cuestión generacional». Miquel Camps, directivo del FC Barcelona, tampoco dudaba en expresar el contundente apoyo de la entidad al proyecto: «Cada socio puede votar lo que quiera, pero la expansión del aeropuerto es lo mejor para el Barça».

El empresariado cambia el foco

El aeropuerto de El Prat siempre fue un asunto importante entre los empresarios catalanes. Incluso en muchos sectores caló el discurso de que Aena primaba Barajas por delante del aeródromo catalán. Tras años de pedir esfuerzos al gestor en la captación de nuevas rutas y de las inversiones en infraestructuras prometidas por el Gobierno que no se ejecutaban en su totalidad, los 1.700 millones se ven como una oportunidad que la Generalitat recibió con tibieza y el Ayuntamiento de Barcelona directamente rechazó.

De este modo, el foco cambió y saltó de Madrid a la plaza Sant Jaume. “Hace muchos años que reivindicamos inversiones de infraestructuras que luego no se ejecutan; ahora tenemos una oportunidad en un ámbito absolutamente estratégico y hay que lograr los consensos necesarios”, advertía Cañete.

En la empresa, el consenso era transversal. “Sería totalmente absurdo no hacer uso de esta inversión”, exclamó Mónica Roca, presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona, y de marcado perfil soberanista. “Y mirando hacia un futuro que algunos no vemos tan lejano, un estado propio necesita un gran aeropuerto”, añadió.

Una puerta abierta al diálogo

El acto sirvió para escenificar el cuórum existente después de que más de 200 entidades firmasen un manifiesto titulado Sí a la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Tras un boceto inicial mucho más agresivo, el texto se ablandó con varias llamadas al diálogo para incorporar a otras patronales y organizaciones económicas que no se sintieron representadas tras el primer borrador.

De hecho, entre los ponentes fue repetida la buena acogida de la propuesta realizada por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de constituir una mesa de trabajo con todas las instituciones afectadas por esta potencial reforma, entre las que estarán Aena, el Gobierno, el Govern y los ayuntamientos afectados.

En su papel de organizador, Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, apresuró su constitución: “Tenemos de todo menos tiempo”. “Tenemos que estar a la altura de las circunstancias, ya hemos perdido demasiados oportunidades”, avisó.

El debate se traslada al Parlament

A pesar de la ofensiva empresarial, el Govern quiere eludir el debate de la reforma del Aeropuerto. La oposición insistió a Aragonès para que se posicionase, pero el president eludió mojarse. Sí lo había hecho antes el Ayuntamiento de Barcelona, que rechazó la ampliación, pese al desmarque de un PSC que ve inaplazable la medida.

Este miércoles, el presidente catalán evitó pronunciarse. Recordó que se trata de un tema complejo que requiere un trabajo conjunto entre administraciones y pospuso la decisión a lo que decida la mesa de trabajo donde se prevé que participen Aena, el Gobierno, la Generalitat y los ayuntamientos afectados.  “No es un tema binario entre economía o biodiversidad”, defendió.

No obstante, el resultado final no depende ni siquiera de él. La decisión sobre la ampliación se tomará en Bruselas. Los terrenos afectados dentro del complejo natural del Delta del río Llobregat están protegidos dentro de la Red Natura 2000, que cuenta con la máxima protección y cuya recalificación depende de la Unión Europea.

Aena necesita, eso sí, el apoyo de la primera autoridad local para poder vender el proyecto a Europa.

Carles Huguet

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