Moderna inyecta a los voluntarios las primeras dosis de su vacuna para la cepa sudafricana

Los investigadores inician la fase dos de los ensayos clínicos con 60 participantes para dar con una solución que acabe con la resistencia de la variante de Sudáfrica

Un trabajador sanitario recibe una vacuna del coronavirus, que no llegará hasta 2023 a los países más pobres. EFE

Un trabajador sanitario recibe una vacuna del coronavirus, que no llegará hasta 2023 a los países más pobres. EFE

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El equipo de investigadores de Moderna ha comenzado a inyectar las primeras dosis de su vacuna modificada para hacer frente a la cepa sudafricana del coronavirus sobre los voluntarios que se han presentado al nuevo estudio clínico. El objetivo es encontrar evidencias que confirmen su eficacia contra la variante, que es más resistente a los fármacos que el modelo original.

La farmacéutica estadounidense ha diseñado su nuevo prototipo específicamente para hacer frente a esta nueva serie de mutaciones, conocidas científicamente como la B.1.351, que se detectó por primera vez en Sudáfrica pero que ya se ha extendido entre varios países del resto del mundo. Su capacidad para bloquear la creación de anticuerpos ha despertado las alertas entre la comunidad científica. Un fenómeno que no se produce con otras variantes más contagiosas como la de Reino Unido o Brasil.

Esa es la razón que llevó a Moderna a diseñar esta modificación en su vacuna de ARN mensajero. El nuevo prototipo puede aplicarse para desencadenar una respuesta inmune en un ciudadano desde el principio, pero también como refuerzo para aquellos que ya hayan recibido la primera dosis de la vacuna original.

Moderna designa tres grupos de voluntarios para probar todas las fórmulas

La investigación se ha diseñado en tres grupos diferentes de voluntarios. El primero está compuesto por participantes previamente vacunados que recibirán una inyección de refuerzo de 20 microgramos para determinar si ayuda a desencadenar una protección completa.

El segundo colectivo recibirá una única dosis de la vacuna, pero en esta ocasión de 50 microgramos. Mientras que un tercer grupo de voluntarios será inoculado con la vacuna original y posteriormente con una dosis de la misma cantidad. En total, participarán 60 personas en los ensayos clínicos, correspondientes a la fase 2.

La vacuna contra el coronavirus desarrollada por la empresa estadounidense Moderna | EFE/EPA/GC/Archivo
La vacuna contra el coronavirus desarrollada por la empresa estadounidense Moderna | EFE/EPA/GC/Archivo

El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos también ha puesto en marcha sus propias investigaciones en fase uno para evaluar el efecto de las vacunas modificadas para frenar nuevas variantes de la Covid-19.

La cepa sudafricana reduce seis veces los anticuerpos de la vacuna de Moderna

La puesta en marcha de esta investigación responde a las dudas que la propia farmacéutica tiene sobre la efectividad de su vacuna contra la cepa sudafricana. Los estudios apuntan a que su presencia reduce hasta una sexta parte la producción de anticuerpos neutralizantes por parte de los individuos que han recibido el pinchazo.

Son datos similares a los que ha alcanzado Pfizer. Su vacuna, que utiliza la misma tecnología que la de Moderna, solo es capaz de producir un 33% de los anticuerpos que genera de forma normal, cuando se enfrenta a una infección de la cepa de Sudáfrica. Estos malos resultados son lo que han provocado que las dos compañías que están liderando la vacunación a nivel mundial se hayan volcado de nuevo con las investigaciones.

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Carlos Villar

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