Moncloa impulsa el impuesto a las grandes fortunas para «armonizar» Patrimonio entre CCAA

Hacienda admite que este gravamen es su respuesta a la guerra fiscal iniciada entre las autonomías a raíz del anuncio de Andalucía de eliminar el Impuesto de Patrimonio

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, interviene en la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso.

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. EFE.

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El Gobierno finalmente ha desvelado sus cartas con una de las polémicas medidas estrella de la legislatura, el llamado impuesto de solidaridad de las grandes fortunas. Así, los grupos parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos han registrado en la tarde de este jueves las enmiendas a la proposición de ley que regirá los impuestos a la banca y a las energéticas y mediante la cual Moncloa ha optado por articular también este nuevo gravamen.

En el texto, al que ha tenido acceso Economía Digital, Hacienda admite que la voluntad de la nueva tasa a las grandes fortunas es «disminuir las diferencias en el gravamen del patrimonio en las distintas CCAA«, «especialmente para que la carga tributaria de los contribuyentes residentes en aquellas CCAA que han desfiscalizado total o parcialmente el Impuesto sobre el Patrimonio no difiera sustancialmente de la de los contribuyentes de las CCAA en las que no se ha optado por reducir la tributación por dicho impuesto».

Con ello, el Gobierno reconoce que, tras la guerra fiscal desatada entre las autonomías tras el anuncio del presidente de Andalucía, Juanma Moreno, de eliminar el impuesto de Patrimonio en su comunidad, este gravamen, que venía proponiendo Unidas Podemos desde hace un par de cursos, es su respuesta. Aunque también es cierto que aprovechan la coyuntura actual para que contribuyan con «un esfuerzo mayor quienes más capacidad económica tienen» dado el contexto de crisis energética y de inflación.

La diferencia entre este impuesto y Patrimonio

La definición que le dan PSOE y Unidas Podemos al Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas es el de un tributo «cuya configuración coincide básicamente con la del Impuesto sobre el Patrimonio, tanto en cuanto
a su ámbito territorial, exenciones, sujetos pasivos, bases imponible y liquidable, devengo y tipos de gravamen, como en el límite de la cuota íntegra».

Sin embargo, la diferencia fundamental reside en el hecho imponible, que grava solo aquellos patrimonios netos que superen 3.000.000 euros. «El carácter de complementario del Impuesto sobre el Patrimonio se consigue en el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas mediante la deducción en la cuota de este impuesto, además de las deducciones y bonificaciones del primero, de la cuota efectivamente satisfecha en dicho impuesto», recoge la enmienda.

Evitar la doble imposición

«De este modo se evita la doble imposición, ya que los sujetos pasivos del Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas solo tributarán por la parte de su patrimonio que no haya sido gravado por su Comunidad Autónoma. Además, para acentuar su finalidad de que el esfuerzo solidario se exija solo a los sujetos pasivos con patrimonios de un importe significativo, los primeros 3.000.000 euros se gravan al tipo 0«, aclara el texto.

En cuanto a su ámbito temporal, el Gobierno prevé una vigencia de dos años, de manera que resulte aplicable en los dos primeros ejercicios en que, a partir de su entrada en vigor, se devengue dicho impuesto, si bien se introduce una cláusula de revisión para una evaluación de sus resultados al final de su vigencia y valorar su mantenimiento o supresión.

A qué se destinará

Finalmente, y de acuerdo al reglamento de la Unión Europea del 6 de octubre sobre la intervención de emergencia para hacer frente a los elevados precios de la energía, el rendimiento de la prestación se ingresará en el Tesoro Público y se utilizará para varias áreas. Uno, medidas de apoyo financiero a los clientes finales de energía, especialmente a los hogares vulnerables, para mitigar los efectos de los elevados precios de la energía, de manera específica.

La segunda son medidas de apoyo financiero para contribuir a la reducción del consumo de energía, por ejemplo mediante subastas o sistemas de licitación de reducción de la demanda, a la disminución de los costes de compra de energía de los clientes finales de energía para determinados volúmenes de consumo, y al fomento de las inversiones de los clientes finales de energía en energías renovables, inversiones estructurales en eficiencia energética u otras
tecnologías de descarbonización.

Otra opción son medidas de apoyo financiero para ayudar a las empresas de sectores de gran consumo de energía, siempre que se supediten a inversiones en energías renovables, eficiencia energética u otras tecnologías de descarbonización, o medidas de apoyo financiero para desarrollar la autonomía energética, en particular
inversiones en consonancia con los objetivos de REPowerEU.

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