El Supremo abre la vía para sentar en el banquillo a Ábalos, a Koldo y a De Aldama por el caso de las mascarillas
Considera que pudieron cometer delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación y pertenencia a organización criminal
El exministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos./ EFE
El magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente ha propuesto juzgar al exministro José Luis Ábalos, al exasesor ministerial Koldo García y al empresario Víctor de Aldama por presuntas irregularidades en los contratos de mascarillas que adjudicó el Ministerio Transportes durante la pandemia, al considerar que los hechos podrían ser constitutivos de delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y malversación.
El instructor considera que los tres «se concertaron, muy poco después de tomar posesión el primero de su cargo como ministro del Gobierno de España, para, aprovechando esa circunstancia y la natural influencia que proyectaba, beneficiarse económicamente de la adjudicación de contratos que pudieran realizarse en el ámbito de la Administración Pública, así como para aprovechar en su beneficio económico cuantas oportunidades se les pudieran presentar de hacerlo valiéndose de dicha valiosa influencia».
Así consta en un auto, dictado este mismo lunes y recogido por Europa Press, en el que el instructor da diez días de plazo a la Fiscalía y a las acusaciones populares –lideradas por el PP– para que presenten sus peticiones de archivo o sus escritos de acusación, así como la práctica de diligencias complementarias.
Puente ha dado este paso después de que el pasado septiembre decidiera dividir la causa para dejar en la pieza principal las investigaciones relativas a los contratos de mascarillas y dedicar la pieza separada a la presunta trama de cobro de comisiones a cambio de obra pública.
En aquel momento, ya el magistrado advirtió de que la parte de la investigación relativas a las obras públicas estaba en fase «muy incipiente», pero la relacionada con los contratos de mascarillas estaba muy avanzada, «siendo previsible la pronta terminación de la fase de instrucción correspondiente» a esa parte principal.
Ahora, el instructor sostiene que «existen muy consistentes indicios, a partir de los hechos que se declaran como indiciariamente justificados, de que De Aldama hizo entregas de sucesivas cantidades de dinero a los también investigados José Luis Ábalos y Koldo García, al fin y con el propósito de que por los mismos se efectuaran actos contrarios a los deberes inherentes a sus respectivos cargos públicos».
De igual forma, asegura que también hay indicios de que Ábalos y Koldo «recibieron dichas retribuciones económicas, en ejecución del proyecto delictivo que a todos les unía, y como contraprestación a dichas conductas desleales».
Según Puente, en esta presunta trama De Aldama estaba encargado de «la localización de las empresas o particulares que estuvieran dispuestas a satisfacer los pagos correspondientes para contactar o contratar con la Administración, obteniendo por ello un beneficio económico para sí».
Por su parte, señala que Koldo, «aprovechando su condición de asesor del ministro y la confianza absoluta de éste (que el conocimiento por el mismo de los planes del grupo le proporcionaba) se encargaba de realizar las gestiones ordinarias oportunas que, en cada caso, resultaran precisas; reservándose la intervención personal del ministro para cuando su firma o su directa influencia fueran indispensables».