Torra devalúa a Junts per Catalunya y pide el voto también para ERC

El presidente de la Generalitat dice que lo importante el 28-A es votar a un partido independentista, sea o no el suyo

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En una muestra de equidistancia insólita en un líder político, Quim Torra prefirió este jueves pedir el voto en las elecciones generales para cualquier partido independentista que para su propia formación, Junts per Catalunya (JpC). Porque la fuerza del independismo, remarcó, radica en «la pluralidad». Es decir, al presidente de la Generalitat le da igual que los votantes se decanten por su propia formación que por sus socios de ERC en el ejecutitvo catalán.

El sorprendente episodio se produjo durante una entrevista en la cadena SER en la que Torra advertía a los votantes catalanes que teman el advenimiento de un eventual «tripartito de la derecha» de que votar al PSC significa avalar a Pedro Sànchez, que ya se alineó con Cs y PP en la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Por eso, argumentó, la  mejor manera de «evitarse sorpresas» es votar a las fuerzas independentistas. 

¿A cualquier partido independentista?, le preguntó el entrevistador, Josep Cuní. La respuesta de Torra fue sorprendente: «Permítame que ahora haga de presidente de la Generalitat y por tanto le diga que sí. Yo, evidentemente, pertenezco a JpC, pero la fuerza del movimiento independentista es la fuerza de esta pluralidad, de la suma».

Torra enfría la posibilidad de convocar elecciones

Torra también trató de enfriar las expectativas de que convoque elecciones en Cataluña en otoño, tras la sentencia del juicio del procés que se sigue en el Tribunal Supremo, que está previsto que se alargue hasta el verano. Si bien reiteró el mantra de que no aceptara cualquier sentencia que no sea absolutoria, dijo que no tiene previsto convocar elecciones. Es más, insistió en que en junio, una vez completado el ciclo electoral de esta primavera, volverá a intentar negociar los presupuestos, tras renunciar el mes pasado a presentarlos por falta de apoyos. 

Tora insistió en que su gobierno, pese a la pérdida de la mayoría independentista en el Parlament y la actitud de la CUP, que le da la espada salvo en medidas de cariz abiertamente independentistas, tiene suficientes apoyos para seguir gobernando y para que la cámara catalana avale las medidas que apruebe por decreto. «Me estrañaría mucho que CUP y los comunes, votasen en contra de decretos que significarán el retorno de la paga extra de los funcionarios y cumplir todos los compromisos sociales que hemos asumido. No puedo ni imaginármelo», zanjó.

Par Torra, el Parlament tendrá que dar a la sentencia una respuesta «democrática» y basada en el derecho de autodeterminación. ¿Significa eso un nuevo amago de declaración unilateral de independencia (DUI)? Torra dijo que no, y acto seguido  se remitió a las dos vías que aún aún no exploradas para celebrar un referéndum pactado que recoge el informe presentado el miércoles en el Parlament por el Instituto de Estudios del Autogobierno, un organismo que depende de la Generalitat.

Claro que esas dos vías son promover una reforma de la ley de referéndums de 1980 o bien una reforma exprés de la Constitución para permitir que se celebrara la consulta. Y en ambos casos harían falta mayorías favorables a esos cambios ahora mismo inexistentes en el Congreso.

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