Trump, ¿retrasará los impuestos sobre los coches de la UE y Japón?

Los aranceles podrían subir el precio de los vehículos europeos y japoneses hasta unos 10.000 euros

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Los problemáticos aranceles que EEUU quiere implementar sobre los coches extranjeros podrían retrasarse hasta seis meses. Esta propuesta con la que Donald J. Trump amenaza especialmente a las ventas de coches provenientes de Unión Europea y de Japón tiene prevista su entrada en vigor el próximo 18 de mayo: una maniobra ciertamente adecuada si lo que pretende es echar a perder los diálogos que mantiene estos días con los nipones y los europeos. Pero podría posponerse.

La propuesta de Trump carga una tarifa del 25% sobre las importaciones de automóviles de producción extranjera. Esto significaría un incremento de unos 10.000 euros en el precio de venta de los vehículos europeos y asiáticos, según los cálculos de la Comisión Europea. Trump ha manifestado varias veces durante su campaña sus intenciones de dar más músculo a la industria del automóvil estadounidense y garantizar la seguridad nacional, pero la industria no parece estar de acuerdo. 

En declaraciones a la cadena de televisión CNBC, John Bozzarella, presidente de la asesoría y lobby de fabricantes de automóviles estadounidense Global Automakers, ha asegurado que la imposición de los aranceles podría tener consecuencias «devastadoras». «Necesitamos más exportaciones, más oportunidades y más acuerdos comerciales, no más tarifas», esgrimía Bozzarella.

Los aranceles sobre las industrias europeas y japonesas se suman al reciente incremento de los impuestos sobre el acero y el aluminio en EEUU, así como al bloqueo de las importaciones chinas. Estos tres factores podrían materializarse en una caída de las ventas de coches y camiones de entre 2 y 4 millones en EEUU, calcula el presidente de Global Automakers

Trump no quiere crearse más enemigos comerciales

Según ha informado la CNBC, la Casa Blanca está considerando retrasar las tarifas para no abrir más frentes conflictivos en sus relaciones internacionales con los que, por ahora, son aliados. Por ahora, Trump ya tiene suficiente con China, con la que mantiene un conflicto basado en aranceles y bloqueos a las exportaciones, por ambos lados.

Una buena parte del Congreso de los EEUU también se ha posicionado en contra de las nuevas tarifas, y ha requerido al Gobierno de Trump que facilite el informe del Departamento de Comercio que acredita las razones de seguridad nacional con las que Trump argumenta la urgencia de los nuevos impuestos. Pero Trump se ha negado a darlo. 

Se espera que el próximo sábado, el presidente de EEUU defina si aumentará o no los aranceles a las exportaciones. Si el día 18 la normativa de aranceles entra en vigor, el ejecutivo de Trump tendrá 180 días para poner en marcha el proyecto, siempre que se estén llevando a cabo negociaciones con los afectados durante ese periodo. 

 

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