El Corte Inglés dará a conocer su nuevo Plan Estratégico: rentabilidad y reducción de costes de sus centros comerciales

El Corte Inglés ha dado un paso clave en la definición de su futuro empresarial con la aprobación de un nuevo plan de incentivos destinado a su equipo directivo, una medida que se enmarca dentro del ambicioso Plan Estratégico 2025-2030 que la compañía desarrolla con la colaboración de la consultora McKinsey.

Este programa de retribución variable será uno de los asuntos estrella de la próxima Junta General Ordinaria de Accionistas, que se celebrará el próximo 24 de julio, fecha confirmada a través del Boletín Oficial del Registro Mercantil o BORME, en lo que es considerado un paso estratégico fundamental en la hoja de ruta de El Corte Inglés para definir su estrategia durante el próximo lustro.

El plan de El Corte Inglés que busca reforzar la rentabilidad y la eficiencia operativa

Así lo ha confirmado El Economista, cuyas fuentes han asegurado que el nuevo plan de incentivos está pensado para alinear los intereses de los altos cargos con los objetivos de negocio a largo plazo de la empresa, que pasan por reforzar su posición en el mercado, mejorar la rentabilidad de sus centros comerciales y optimizar la estructura de costes, lo cual entienden como un paso en la dirección correcta.

Es importante remarcar que El Corte Inglés cuenta actualmente con 72 grandes almacenes en España y dos en Portugal, una red que será objeto de revisión dentro del marco de este plan estratégico. El objetivo principal es potenciar aquellos activos con mejores resultados comerciales, mientras que los centros menos rentables serán sometidos a medidas de ajuste o transformación.

No obstante, más allá de esto, la nueva hoja de ruta empresarial también pone el foco en la digitalización y en el desarrollo del comercio online, un área donde el grupo pretende crecer de manera significativa en los próximos años para competir de manera más sólida con gigantes como Amazon o Zalando, dos de los principales líderes en el sector.

Los incentivos vinculados al plan estratégico, al descubierto

El plan de incentivos aprobado está estrictamente ligado a la consecución de los hitos contemplados en el Plan Estratégico 2025-2030, una estrategia integral que marca el rumbo de la compañía para la próxima década. Aunque la empresa no ha detallado públicamente el importe total que destinará a este programa retributivo, sí ha adelantado que su activación dependerá directamente de algunas variables, entre las cuales destacan algunos puntos clave.

En primer lugar, el Incremento sostenido de la rentabilidad operativa, como base fundamental. También recalcan la importancia de la reducción de costes estructurales, lo cual llevará implícita una mejora en la eficiencia de las operaciones, así como el desarrollo y consolidación de las nuevas líneas de negocio, incluyendo las áreas de seguros, viajes y alimentación. Y por último, pero no menos importante, el impulso del canal online y de la omnicanalidad es entendido como otro aspecto clave por El Corte Inglés.

Este sistema de retribución variable tiene como finalidad premiar únicamente a aquellos directivos que contribuyan de manera real y medible a la consecución de estos retos, impulsando así la competitividad de la compañía en el complejo entorno actual del comercio minorista. Sin embargo, no serán las únicas novedades que afrontará El Corte Inglés en los próximos meses según la información de El Economista.

Y es que además del plan de incentivos, la Junta General de Accionistas de julio abordará otros puntos clave para el futuro gobierno de la empresa. Entre ellos, se encuentra el nombramiento, reelección o cese de consejeros, así como la posible modificación del número total de miembros que conforman el Consejo de Administración.

Un punto que resulta especialmente relevante en el contexto del nuevo plan estratégico, ya que El Corte Inglés pretende dotarse de un equipo directivo y de gestión que sea capaz de afrontar los desafíos de un mercado en transformación acelerada, donde la competencia, la adaptación tecnológica y los cambios en los hábitos de consumo de los clientes exigen decisiones ágiles y bien fundamentadas.