El Túnel de la Engaña: el túnel ferroviario que nunca cumplió su cometido

El Túnel de la Engaña pretendía ser una ruta ferroviaria que uniera Santander con Valencia, un proyecto que comenzó su construcción en 1941

El Túnel de la Engaña en Cantabria

El Túnel de la Engaña en Cantabria. Foto: ETSCaminos Santander

El Túnel de la Engaña, ubicado en la frontera entre las provincias de Cantabria y Burgos, es una de las infraestructuras ferroviarias más emblemáticas de España, aunque nunca llegó a cumplir su función original. Con 6.976 metros de longitud, este túnel, que se extiende desde la localidad de Pedrosa de Valdeporres en Burgos hasta el municipio de Vega de Pas en Cantabria, es una obra de ingeniería que refleja tanto la ambición de la posguerra española como las dificultades técnicas y humanas de su época.

Orígenes y construcción

La idea de construir el Túnel de la Engaña surgió en el contexto de la planificación del Ferrocarril Santander-Mediterráneo, un proyecto ambicioso concebido durante la dictadura de Primo de Rivera en la década de 1920. Este ferrocarril tenía como objetivo conectar el puerto de Santander con la región del Levante español, facilitando el transporte de mercancías y mejorando la economía regional. Sin embargo, la construcción del túnel no comenzó hasta después de la Guerra Civil Española, durante la década de 1940, bajo el régimen de Francisco Franco.

La construcción del túnel se inició en 1941 y fue una tarea ardua y peligrosa. La obra fue realizada principalmente por prisioneros republicanos, quienes trabajaron en condiciones extremas. Estos trabajadores enfrentaron no solo el desafío técnico de perforar la dura roca caliza de la Sierra de la Engaña, sino también la dureza del clima y la precariedad de las condiciones laborales. Muchos de ellos sufrieron accidentes graves e incluso perdieron la vida durante la construcción.

El Túnel de la Engaña en su inauguración en 1959
El Túnel de la Engaña en su inauguración en 1959. Foto: Ayuntamiento Vega de Pas

El túnel se completó estructuralmente en 1959, después de casi dos décadas de trabajo. Sin embargo, el proyecto del Ferrocarril Santander-Mediterráneo nunca se terminó. La combinación de problemas económicos, cambios en las prioridades del gobierno y el desarrollo de otras infraestructuras de transporte, como las carreteras, llevaron al abandono del proyecto ferroviario. El Túnel de la Engaña quedó así sin uso, una obra monumental que nunca vio pasar un tren.

Abandono y decadencia

Tras el abandono del proyecto ferroviario, el túnel cayó en desuso y comenzó un lento proceso de deterioro. Sin mantenimiento ni vigilancia, la infraestructura sufrió los efectos del tiempo y del vandalismo. En las décadas siguientes, el túnel fue explorado por aventureros y curiosos, convirtiéndose en un lugar de interés para los aficionados a la historia y la arqueología industrial.

El deterioro estructural del túnel se aceleró en los años 90. En 1999, un derrumbe parcial bloqueó uno de los accesos, dificultando aún más su exploración. Este colapso fue un recordatorio de la fragilidad de una obra que, aunque impresionante en su tiempo, no fue diseñada para resistir décadas de abandono sin mantenimiento.

Actualidad y futuro del túnel

En la actualidad, el Túnel de la Engaña sigue siendo un testimonio de una era pasada y un símbolo del esfuerzo humano en condiciones adversas. A pesar de su estado ruinoso, continúa atrayendo a visitantes interesados en su historia y su monumentalidad. En los últimos años, ha habido varios intentos de recuperar y poner en valor esta infraestructura histórica.

Uno de los proyectos más destacados es la propuesta de convertir el túnel en una vía verde, un camino para peatones y ciclistas que uniría Cantabria y Burgos. Esta iniciativa, impulsada por asociaciones locales y grupos de defensa del patrimonio, busca no solo preservar el túnel, sino también promover el turismo y el desarrollo sostenible en la región. Sin embargo, la realización de este proyecto requiere una inversión significativa para asegurar la estabilidad estructural del túnel y acondicionar su entorno para el uso público.

Además, hay un interés creciente en utilizar el Túnel de la Engaña como parte de rutas turísticas que destacan la riqueza natural y cultural de la zona. La región circundante, con sus paisajes montañosos y su patrimonio histórico, ofrece un contexto ideal para el desarrollo de actividades de ocio y educación que podrían revitalizar económicamente la comarca.

El Túnel de la Engaña es un monumento a la historia y la ingeniería, reflejando tanto la ambición como las tragedias del siglo XX en España. Aunque nunca cumplió su propósito original, su existencia sigue fascinando a quienes se interesan por la historia ferroviaria y la arqueología industrial. Con proyectos de recuperación en marcha, hay esperanza de que este gigante dormido pueda encontrar una nueva vida como un espacio de disfrute y aprendizaje para las generaciones futuras, integrándose de nuevo en el paisaje de Cantabria y Burgos como un símbolo de perseverancia y renovación.

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