Europa, dividida por los derechos de vuelo

España, Francia y Alemania se oponen a que las aerolíneas puedan comprar y vender los derechos de despegue y aterrizaje

Europa pone en jugo los derechos de vuelo. Este lunes el Consejo de Transportes de la Unión Europea propondrá a la Comisión que las aerolíneas puedan comprar y vender libremente lod derechos de despegue y aterrizaje que tienen adjudicados en los aeropuertos. De momento, el debate se espera agrio ya que Europa está dividida.

La oposición está encabezada por Alemania, Francia y España. En el bando que está a favor se sitúan Reino Unido, Italia, Bélgica, Holanda y la propia Comisión Europea.

Bruselas calcula que su propuesta original permitiría al sistema dar servicio a 24 millones de pasajeros más al año de aquí a 2025. Supondría una ganancia de 5.000 millones de euros para la economía europea y crearía hasta 62.000 puestos de trabajo en el período comprendido entre 2012 y 2025.

Aumentar la capacidad

El objetivo del plan de Bruselas es aumentar la capacidad aeroportuaria y reducir los retrasos. En la actualidad, cinco aeropuertos europeos funcionan ya al límite de su capacidad: Düsseldorf, Frankfurt, Londres Gatwick, Londres Heathrow y Milán Linate. Si no se toman medidas, el Ejecutivo comunitario avisa de que su número podría aumentar a diecinueve considerados fundamentales en 2030.

Pese a las advertencias de la Comisión, Madrid, Berlín y París y otros países como Bulgaria, Dinamarca, Grecia o Portugal defenderán en la reunión que se celebra en Luxemburgo que los Estados miembros puedan imponer restricciones a esta comercialización de derechos de vuelo si demuestran que pueden causar problemas.

Estos Gobiernos se inquietan sobre la incidencia negativa que un mercado secundario podría tener sobre los vuelos regionales, económicamente menos rentables, y del riesgo de especulación con los «slots», según fuentes europeas.

Ni sí, ni no

La normativa actual no prevé que las compañías compren y vendan sus derechos de aterrizaje y de vuelo, pero tampoco lo prohíbe explícitamente. Ello provoca un tratamiento diferente en cada Estado miembro, ya que estos intercambios existan en países como Reino Unido pero estén prohibidos en España.

El Ejecutivo comunitario había propuesto además imponer a las aerolíneas la obligación de usar al menos el 85% de sus «slots» a lo largo del año –frente al 80% ahora– o perderlos. Esta propuesta ya ha sido rechazada por los Estados miembros, que han decidido no cambiar las normas actuales.

Estos cambios, si se aprueban, «reducirían considerablemente los beneficios esperados por la Comisión Europea», señala el Ejecutivo comunitario.

a.
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