Joyas canarias, el souvenir que sí queremos que nos traigan de las vacaciones

De las argollas canarias, los pendientes de media luna y elaboradas filigranas, a las joyas con piedras volcánicas, estos son algunos de los más bellos recuerdos para llevarse puesto un trozo de las Islas Canarias

Las argollas son las joyas canarias más emblemáticas.

Seguro que aún hay personas que coleccionan imanes para la nevera y no vamos a ser nosotros quienes pongamos una pega a las costumbres de cada uno. Sin embargo, si has viajado a un lugar y experimentado su autenticidad, es posible llevar algún recuerdo mejor, un objeto que, más allá de su valor monetario, concentre el sabor y la esencia de un lugar.

Las Islas Canarias, modeladas por el mar, el clima, la naturaleza y los volcanes, y con una artesanía única en el mundo, fruto de su historia, su condición insular y su ubicación geográfica, es un buen lugar para ponerlo en práctica.

En las diferentes islas del archipiélago encontramos piezas de joyería elaboradas con motivos y materiales muy variados, desde figuras marinas hechas en plata hasta formas más abstractas elaboradas con materiales autóctonos como las piedras volcánicas.

Piezas inspiradas en las Islas Canarias del Taller de joyas y arte Claudí Tenerife.

Las olas del mar, la vegetación, los animales marinos e incluso las siluetas de las islas son una rica fuente de inspiración para los artesanos en la elaboración de joyas canarias, también los que practican oficios como la cestería, un arte muy arraigado en las Islas que ha evolucionado para ofrecer apetecibles productos que incluyen cestos, sombreros y bolsos, pero también lámparas o botelleros.

Argollas: símbolo de las joyas canarias

Si hay una joya que destaca en la artesanía local son, sin duda, las argollas canarias. Verás estos aros de media luna con cuidadas filigranas en infinidad de modelos, materiales y acabados y, de hecho, son uno de los adornos más representativos de las Islas.

En oro, plata, resinas o materiales reciclados, las argollas canarias guardan la esencia de las Islas.

Con raíces que se remontan más de 5.000 años, en Canarias estos aros llegaron de la mano de la colonización, si bien los orfebres isleños imprimieron un estilo propio. Hoy, pese a haber evolucionado con los años y las modas, las argollas canarias se han consolidado como un símbolo de identidad con plena vigencia, tan bonitas como populares.

La argolla canaria o argolla de la media luna es la versión más extendida, con una forma que recuerda a los antiguos aros sumerios, aunque también están muy extendidos los zarcillos de gota. 100% isleños, formados por dos piezas articuladas, los encontrarás especialmente en oro y plata, pero también cobre, resinas o incluso materiales reciclados.

En cuanto al diseño, la variedad es enorme, incluyendo las filigranas más tradicionales en forma de s, con grabados, apliques de piedras naturales de coral, turquesa o perlas, o colores. En cualquier caso, sin embargo, desprenden autenticidad canaria.

Los orfebres realizan exquisitas piezas de joyería canaria.

Joyería volcánica

Si la vida te da limones, haz limonada, dice el dicho. No extraña, pues, que en una tierra volcánica los artesanos empleen los materiales naturales y la belleza de las rocas ígneas para diseñar sus piezas que, además, guardan la esencia del archipiélago.

En diferentes colores y texturas, las peculiaridades de cada tipo de piedras abren las posibilidades en manos de los orfebres, de la popular roca negra de textura porosa a las gamas cálidas y claras que también se generan a partir de la lava.

La lava que tarda en enfriase da lugar también a piedras semipreciosas, como la olivina, conocida como la ‘joya verde de las Islas Canarias’, difícil de encontrar fuera del archipiélago y que se convierte en manos expertas en hermosos pendientes, anillos, collares o pulseras.

Las piedras volcánicas también se transforman en exquisitas joyas canarias.

Más allá de las piezas confeccionadas a partir de piedras volcánicas, encontramos joyas de esencia canaria inspiradas en olas del mar, la vegetación, los animales marinos o iconos significativos de la cultura o la historia de las islas. Es el caso del arte aborigen canario (con elementos como el Ídolo de Tara o los patrones de las pintaderas canarias).

En otros casos se emplean materiales autóctonos como conchas o lapas, que los artesanos bañan en plata para crear originales piezas.

Bolsos y sombreros para llevar todo el verano

Derivada de la palmera canaria, existe todo un arte de cestería que se ha transmitido en las islas de generación en generación.

Con las hojas de estas palmeras, concretamente el pírgano (tallo central de la hoja) del que salen los palmitos, se han fabricado tradicionalmente desde sombreros a moldes para elaborar queso. También de este material se fabricaban varas para orientar al ganado y hasta palos de escoba, pasando por cestos para guardar el pan recién horneado o recoger la uva en la vendimia.

La cestería es otro oficio tradicional de las Islas Canarias.

La creatividad y buen oficio de los maestros artesanos ha permitido además emplearlo para crear piezas de cestería y objetos decorativos, como maceteros o escurridores para las populares papas arrugadas, pero también capazos y sombreros de plena actualidad que no te querrás quitar en todo el verano.

Si vas a la isla de La Graciosa puedes hacerte por ejemplo con el tradicional sombrero graciosero, también llamado “sombrera”. Lo elaboran a mano “las sombrereras”, las artesanas de la isla que han aprendido el oficio de sus madres o sus abuelas. Un producto muy auténtico, hecho con mimo, y muy práctico para protegerse del sol.

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