Las cláusulas suelo y las hipotecas dudosas se comen al BBVA

Las pérdidas del tercer trimestre en España alcanzan los 265 millones, cifra que hunde el beneficio acumulado desde enero

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En el tercer trimestre del año, la supresión de la cláusula suelo en las hipotecas de BBVA ha impactado de pleno en la evolución del negocio español. El banco admite que “desluce los resultados” de la unidad, que ha perdido dinero.

Desde mayo, el grupo que preside Francisco González ha dejado de ingresar 264 millones, con especial incidencia en verano. Calcula que la afectación será de 50 millones al mes. Otro hecho que ha lastrado las cuentas es la refinanciación de créditos en riesgo de impago: se han destinado a saneamientos 600 millones (300 a hipotecas dudosas) en tres meses.

Números rojos

De julio a septiembre las pérdidas en España alcanzan los 265 millones –sin contar la actividad inmobiliaria–. Adicionalmente, ambos factores se han comido el 51% de las ganancias en el país acumuladas desde enero.

BBVA ha evolucionado de ganar 1.033 millones en los primeros nueve meses de 2012 a presentar este viernes 477 millones. Los dos primeros trimestres, con saldos de 569 y 173 millones, respectivamente, evitan los números rojos del banco para todo el año en su mercado original.

La mora, al doble

La tasa de morosidad en España se ha disparado 240 puntos básicos. Ahora se fija en el 6,2%. Desde la perspectiva cenital, el grupo completo, con presencia internacional en cinco áreas distintas, logra 3.077 millones, el 85,8% más. El consejero delegado, Ángel Cano, ha destacado que, en su conjunto, los resultados del tercer trimestre son “sólidos en un entorno complejo».

No habrá, sin embargo, dividendo hasta abril del próximo año –Cano sigue las recomendaciones del Banco de España–. Pagará 0,17 euros por acción y anuncia la distribución del 40% de las ganancias del ejercicio entre los accionistas. BBVA tranquiliza a los inversores: “esta estrategia no diluirá ninguna participación”.

La asignatura pendiente

Los hitos del banco para los próximos meses reconocen una debilidad: BBVA está descabalgada del mundo digital. Cano admite que “nos preocupa encontrar las piezas para transformar el banco”. “La oferta será más digital y la dificultad de dar con la fórmula mágica para acelerar el proceso de transformación es lo que más me preocupa”. La apuesta tecnológica no supondrá el cierre de oficinas, al menos por ahora.

Ismael García Villarejo

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