La Cambra tacha de “voluntaristas” los presupuestos de Artur Mas

La institución presidida por Miquel Valls carga con el incremento fiscal de las cuentas catalanas de 2014

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La Generalitat de Catalunya ha presentado unos presupuestos “voluntaristas” y con una presión fiscal que dificulta la recuperación económica. La crítica a las cuentas del Govern de Artur Mas (CiU) viene de la Cambra de Comerç de Barcelona, una institución que ha avalado las políticas del President en múltiples ocasiones.

Pero las cuentas de 2014 no satisfacen a los empresarios liderados por Miquel Valls.

Ingresos

La Cambra señala que la política de ingresos no puede depender hasta el 10% de la venta de activos y privatizaciones. “Esta fuente de ingresos se ha demostrado muy incierta en el pasado”, asegura en un comunicado. También critica la previsión de crecimiento del PIB, que llega al 0,9%. “Es relativamente optimista”, indica.

Su previsión económica para Catalunya se queda en el 0,4%, mientras que la Comisión Europea estima que el PIB del conjunto de España incrementará el 0,5% el próximo ejercicio. Dos cifras lejos de los números del conseller de Economia i Coneixement, Andreu Mas-Colell (CiU). La Cambra duda de que el contexto económico sea tan positivo como lo dibuja la Generalitat, un cambio sustancial a la hora de hacer los presupuestos.

Fiscalidad en Catalunya

La previsión que más ha molestado a la institución es la de impuestos. “Des de la aprobación de los presupuestos de 2012 [los últimos de Mas, ya que este año las cuentas estaban prorrogadas], la Generalitat ha incrementado prácticamente todos los impuestos cedidos a la comunidad autónoma y, además, ha creado cinco nuevos (dos de ellos en vigor y tres pendientes del Tribunal Constitucional: depósitos bancarios, recetas y judicial)”, denuncia.

Ha calculado que el incremento de la presión fiscal aprobado por el Govern de Mas equivale a 138 euros por habitante. O, lo que es lo mismo, 1.038,1 millones de euros.

Ajuste del déficit incierto

Además, destaca que es una vía cuyo éxito para ajustar el déficit es, como mínimo, incierto. Calcula que casi dos terceras partes del trabajo que se ha realizado entre 2010 y 2014 para hacer más pequeño el agujero de tesorería se consigue gracias a la reducción del gasto.

Sólo el tercio restante corresponde al incremento de ganancias. Ya sea por subidas fiscales, ventas de activos o ingresos finalistas procedentes del Estado. Precisamente, la alternativa a la que se fían Mas y Mas-Colell para alcanzar el objetivo de 2014.

Adelgazamiento de la Administración

La Cambra tampoco ve con buenos ojos el camino elegido por el Ejecutivo de CiU para adelgazar en un 25% la Administración catalana. Casi se ha completado el objetivo, pero el impacto en la partida de gastos es muy limitado. La institución calcula que llega, aproximadamente, al 1%. “En términos netos, poco más de 600 millones de euros en 2014”, indica.

“La mayoría de entidades suprimidas tienen poco peso presupuestario”, sentencia. Por lo que piden al President más trabajo para cumplir con su promesa de un adelgazamiento real de los costes de la Generalitat de Catalunya. Y esto pasa por una estimación económica, no por una numérica relativa a la cantidad de empresas públicas, fundaciones o consorcios que se han eliminado, según la institución.

Inversiones sin compromiso futuro

La última crítica de Valls a las cuentas públicas catalanas es un torpedo en su línea de flotación: “La inversión llega a un mínimo pero sin compromisos futuros”. Precisamente, la partida de que más ha sacado pecho el Ejecutivo.

“La inversión por habitante ha pasado de ser superior a los 700 euros en el período 2005-2010 a situarse en 169 euros en 2014”, destaca. Las reducciones más importantes se han realizado en políticas del ciclo del agua (-98%), vivienda (-89%), TIC (-86%), ferrocarriles (-83%) y puertos y aeropuertos (-81%).

La Cambra reivindica desde hace tiempo que la crisis no se superará si se deja de apostar por nuevas infraestructuras por una cuestión meramente de ahorro de gastos. Reclama un mayor esfuerzo en este sentido, tanto por parte de la Generalitat de Catalunya como del Gobierno central.

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