La dueña de la mina de Riotinto fía su recuperación a las 50.000 toneladas de cobre previstas para 2025
Atalaya Mining registró en 2024 una caída de 13,5 millones en la facturación respecto al año anterior como consecuencia de una menor concentración de mineral en los yacimientos

Mina de Riotinto en la provincia de Huelva. Imagen: Atalaya Mining
Atalaya Mining ha cerrado el último ejercicio con una bajada en su facturación del 4%, lo que corresponde a un total de 326 millones de euros y a una diferencia de 13,5 millones con respecto a 2023. La clave de su futuro a corto plazo está en la mina de Riotinto (Huelva), donde calcula que producirá alrededor de 50.000 toneladas de cobre en 2025.
En concreto, el rango esperado está entre las 48.000 y 52.000 toneladas, lo que contrasta en positivo con las 46.000 producidas en 2024 y recuperaría las 51.600 de 2023. Igual que ha caído su cifra de negocio, el resultado neto se ha reducido un 11% hasta los 32,5 millones de euros.
La razón, según señala la empresa originaria de Chipre, se debe a «menores volúmenes de venta y de grado de concentración» del metal en las vetas exploradas. Esta caída, sin embargo, se ha visto «parcialmente compensada una subida de precios».
El descenso ha sido menos pronunciado gracias a la reducción de los gastos habituales de la compañía, que pasaron de 247 a 242 millones de euros, fruto de la previsión de mantener «inventario de concentrado de cobre al cierre del ejercicio» anterior.
Los gastos corporativos del ejercicio han seguido el mismo camino, con una bajada de casi 5 millones. Pero el importe de exploración ha aumentado, paralelamente, hasta los 8 millones de euros (+21,5%) debido a la proyección esperada en dos proyectos concretos: Masa Valverde y Riotinto.
Crecimiento a corto plazo en Huelva
El primero de ellos consiste en la extracción de sulfuros masivos volcanogénicos, es decir, depósitos minerales formados por antigua actividad volcánica submarina. La intención de Atalaya Mining es trasladar el producto obtenido hasta Minas de Riotinto, donde pretende abrir un centro de procesamiento central. Este plan se pondrá en marcha, en principio, a lo largo de 2025.
Este proyecto complementará así el de Riotinto, donde ya existe un complejo minero y procesador que produce concentrados de cobre situado entre los municipios de Minas de Riotinto, Nerva y El Campillo en la provincia de Huelva.
De hecho, la empresa liderada en España por Enrique Delgado, director general del proyecto ‘Riotinto’, espera entre 15 y 16 millones de toneladas de mineral extraído en 2025 gracias a una planificación estratégica del orden en que se perforan y explotan los pozos dentro de una mina, para evitar el resultado de 2024.
La descrita hasta ahora es la línea de crecimiento a corto plazo, pero en los próximos años tiene la meta de «identificar y desarrollar nuevos activos, lograr aumentos de producción sostenibles, manteniendo al mismo tiempo el enfoque en la reducción del riesgo operativo mediante la diversificación».
Desarrollo multiactivo
Para ello ha empezado en Galicia el proyecto ‘Touro’, que el presidente de Atalaya Mining a nivel global, Neil Gregson, cree que «podría generar un crecimiento transformador para la compañía».
Esta explotación también estará destinada al cobre, se localizará en una mina propiedad de Cobre San Rafael. De hecho, Atalaya ejerció una opción para adquirir una participación del 10% en Cobre San Rafael en febrero de 2017 como parte de un acuerdo de participación que le permite adquirir hasta un 80% a medida que se cumplan ciertos hitos de desarrollo.
Por el momento, la mina está en trámite de permisos. En junio de 2024, Cobre San Rafael recibió la calificación de Proyecto Industrial Estratégico por parte de la Xunta de Galicia, lo que simplifica los trámites administrativos y reduce los plazos de tramitación.
Atalaya Mining también tiene previsto expandirse más allá de las fronteras españolas, y ha firmado dos acuerdos con Mineral Prospektering i Sverige, en virtud de los cuales Atalaya puede obtener una participación inicial del 75% en dos lotes de terrenos en Suecia, que son a su vez propiedad de la empresa minera Boliden.