Maersk relega a un segundo plano su proyecto de metanol en Huelva: testeo del etanol americano
La naviera ha validado el uso de mezclas de alcoholes en el buque Laura Mærsk para asegurar el suministro inmediato frente a la lenta producción de biocombustible onubense
El CEO de C2X (Maersk), Brian Davis, durante la presentación del proyecto de metanol verde de Huelva en enero de 2024. Francisco J. Olmo / Europa Press
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Maersk ha reorientado su estrategia de descarbonización inmediata, un movimiento que ha desplazado el foco de sus grandes proyectos de producción de metanol, como el planeado en Huelva, hacia alternativas de mercado ya disponibles.
La naviera ha confirmado recientemente el éxito de las pruebas de uso de etanol en su buque insignia, el ‘Laura Mærsk‘, validando una nueva vía para alimentar su flota ante la lenta escalada de la oferta de metanol verde.
Esta decisión evidencia un cambio de ritmo en la hoja de ruta de la compañía danesa que, aunque ha mantenido sus objetivos climáticos, ha tenido que ceder ante la realidad del suministro. En este sentido, Maersk ha reconocido que la diversidad de combustibles «es esencial» para alcanzar sus objetivos climáticos.
Para ello, la naviera danesa ha ejecutado un programa piloto en uno de sus buques portacontenedores, que es la primera embarcación del mundo diseñada para operar con metanol, para combinar este biocombustible con etanol. Las pruebas se han realizado entre octubre y noviembre, utilizando una mezcla inicial denominada E10, compuesta por un 10% de etanol y un 90% de e-metanol.
Los resultados técnicos han avalado la viabilidad del cambio, confirmando que este primero «puede integrarse de forma segura y eficaz en la mezcla de combustible» sin comprometer el rendimiento del motor.
Tras este primer éxito, la compañía ha anunciado que mezclará ahora un 50% de etanol con un 50% de metanol en una nueva fase de pruebas. Además, Maersk ha planeado realizar un test con etanol al 100% en el futuro próximo, lo que abriría la puerta a convertir sus naves de metanol en «buques de alcohol de doble combustible» con una flexibilidad operativa total.
El ‘hub’ de Huelva pierde la urgencia inicial
Este nuevo enfoque ha contrastado notablemente con la gran apuesta industrial que la compañía ha proyectado en España hace casi dos años. A inicios de 2024, C2X (filial de Maersk) y la energética Moeve presentaban oficialmente el plan para convertir el Puerto de Huelva en el principal hub de metanol verde de Europa.
En aquel momento, ambas compañías proyectaban una inversión de hasta 1.000 millones de euros y la creación de 2.500 empleos. El objetivo que tenían en mente era desarrollar una de las cinco mayores plantas de este tipo en el mundo, con una capacidad de 300.000 toneladas anuales, prevista para iniciar operaciones en 2028.
Sin embargo, la búsqueda activa de etanol sugiere que dicho proyecto ha quedado relegado como solución a largo plazo. La naviera se ha topado con una producción de metanol más lenta de lo esperado a nivel global, lo que ha forzado a sus ejecutivos a buscar moléculas que ya estén disponibles para no detener su transición.
Estados Unidos y Brasil: nuevos proveedores
Frente a la necesidad de construir plantas desde cero como la de Huelva, Maersk ha mirado hacia mercados maduros. La compañía ha destacado que el etanol cuenta con una «trayectoria comprobada» y una infraestructura existente.
El etanol utilizado para las pruebas es el anhidro, el mismo tipo que se emplea para mezclar con gasolina en numerosos países. La geografía del suministro también ha cambiado con esta decisión y Maersk ha señalado que Estados Unidos y Brasil concentran actualmente el 80% del mercado mundial de etanol.
Al recurrir a estos proveedores, la naviera ha logrado «ampliar la disponibilidad y las fuentes de abastecimiento», como se expresa esta misma en un comunicado, reduciendo su dependencia de proyectos europeos que aún se encuentran en fase de desarrollo o decisión de inversión.
Apertura al gas natural como tercera vía
Emma Mazhari, jefa de mercados energéticos de Maersk, ha explicado que aumentar gradualmente el contenido de etanol les ha permitido «obtener información valiosa sobre el rendimiento del motor», facilitando así la determinación del potencial real de este abastecimiento para la flota global.
El desplazamiento del foco en el metanol no se ha limitado solo al etanol, sino que Maersk también ha variado su estrategia en favor del gas natural licuado (GNL), una alternativa ante la que el armador se había mostrado escéptico en el pasado.
