Moeve, insatisfecha con la planificación eléctrica en su Valle del Hidrógeno Verde: «Solo queda eso pendiente»
La compañía ha confirmado que ya ha superado las barreras tecnológicas y ha cerrado los acuerdos necesarios, pero alerta de la falta de infraestructura de transporte en la red
María Molina, directora del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde de Moeve. Imagen: NISE
Moeve ha mostrado su descontento con la recién aprobada planificación de la red eléctrica del Gobierno hasta 2030, especialmente en su Valle Andaluz del Hidrógeno Verde: «Seguimos avanzando, seguimos preparados y estamos nada más pendientes de eso».
De esa manera se ha expresado María Molina, directora del proyecto estrella de Moeve, en conversación con Economía Digital, aludiendo a que ahora mismo la responsabilidad de cómo avance esta iniciativa depende de la administración y de la red de transporte.
La postura de la empresa refleja que, a nivel interno, los deberes están hechos. De hecho, han confirmado que los obstáculos técnicos previos han sido resueltos. «La tecnología la tenemos seleccionada; los acuerdos, cerrados», ha subrayado Molina en declaraciones recientes.
Esta declaración se produce en un contexto de tensión acumulada respecto a la planificación eléctrica estatal para el horizonte 2030. La compañía ya había expresado con anterioridad su «preocupación» por las limitaciones existentes en Huelva, advirtiendo que la provincia «no tiene capacidad para tanta inversión nueva» sin una ampliación urgente de la red.
El problema no es exclusivo de Moeve, pero le afecta de lleno debido a la magnitud de su proyecto. La energética se ha visto inmersa en una competencia directa con otros gigantes del sector, como Iberdrola, por acceder a los mismos puntos de conexión a la red en la localidad de Palos de la Frontera (Huelva).
Descontento generalizado
Esta concurrencia de grandes consumidores en una misma ubicación geográfica ha obligado a la administración autonómica, hace unos meses, a plantear un concurso de potencia para dirimir el acceso. De hecho, el consejero de Industria, Jorge Paradela, calificaba la situación como un escenario donde «distintos actores demandan energía en los mismos puntos de la red de transporte».
A pesar de que Moeve cuenta con los permisos ambientales y el compromiso de sus accionistas, la autorización eléctrica se ha mantenido como la pieza faltante que retrasa el inicio físico de la construcción, ya fechado para 2026.
La insatisfacción de Moeve no es un caso aislado, sino que resuena con el malestar expresado por otras instituciones empresariales andaluzas ante la nueva planificación eléctrica. Las Cámaras de Comercio de Andalucía se han sumado recientemente a las críticas junto a la Confederación de Empresarios de Andalucía, alertando de que la planificación estatal 2025-2030 ha dejado fuera infraestructuras clave para la comunidad.
Según los datos manejados por el pleno cameral, el Estado solo ha incorporado el 23% de las actuaciones que habían sido solicitadas por la Junta de Andalucía, una cifra que el sector considera insuficiente para atender la demanda industrial presente y futura.
La tecnología deja de ser un problema
Otro de los aspectos más relevantes que ha destacado Moeve es la resolución de sus dudas tecnológicas. Hace apenas unos meses, la disponibilidad de electrolizadores suponía un desafío para el cumplimiento de los plazos. La compañía se había enfrentado a tiempos de espera de hasta 5 años por parte de fabricantes europeos, lo que le llevó a explorar alternativas en el mercado asiático.
Sin embargo, la reciente confirmación de que «la tecnología la tenemos seleccionada» indica que este capítulo se ha cerrado satisfactoriamente. Moeve ha conseguido despejar la incógnita de los suministros, lo que añade presión a la necesidad de obtener la conexión eléctrica.
El Valle Andaluz: prioridad y plazos
Durante su participación en una mesa redonda sobre el sector la representante de Moeve ha reiterado la importancia capital de este proyecto. Ha recordado que Andalucía posee una «combinación tan óptima» de recursos solares y eólicos que la convierte en la región más competitiva de Europa para la descarbonización.
El objetivo de la compañía es transformar su modelo de negocio para que en 2030 el 50% de su resultado provenga de fuentes sostenibles. Para ello, el hidrógeno verde no es el fin, sino un «producto intermedio» esencial para producir moléculas más complejas como metanol, amoniaco o combustible sostenible de aviación (SAF).
Molina ha explicado que la hoja de ruta pasa primero por la electrificación y los biocombustibles, pero que el cierre de la ecuación de descarbonización depende del hidrógeno renovable. Como la directiva europea impone obligaciones de uso a partir de 2028, los plazos de construcción apremian.