Barnaclínic pierde ingresos por la caída de pacientes extranjeros

Barnaclínic reduce los médicos de consultas externas a causa de la normativa de la Generalitat para compatibilizar la actividad pública con la privada

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Barnaclínic pierde fuelle. La clínica privada del Hospital Clínic de Barcelona facturó el año pasado 14,8 millones de euros, un 2,1% menos que en el ejercicio anterior, según las cuentas depositadas en el registro mercantil. La clínica atribuye este percance a la disminución de sus pacientes internacionales. Sin embargo, esto no impidió que siga obteniendo beneficios, aunque tan sólo fueron de 78.000 euros.

Como presidente de la privada Barnaclínic y del público Hospital Clínic está el doctor Josep Maria Campistol. En el informe de gestión de Barnaclínic que lleva su firma, se destaca que el área de hospitalización facturó 8,5 millones de euros, un 5% menos que en 2016, por “una disminución de la actividad internacional”.

En cambio, Barnaclínic aumentó los ingresos del área de fecundación in vitro en un 6%, hasta situarse cerca de los 3 millones de euros, que suponen un 20% de su volumen de negocio. También incrementó en un 6% los de su centro de odontología, que le reportó cerca de un millón de euros.

Las mutuas castigan a Barnaclínic

La facturación a mutuas y aseguradoras (Asistencia Sanitaria Colegial y Asisa) sigue cayendo años tras año. En 2017 tan solo fue de 157.000 euros, un 32% menos que en el ejercicio anterior. Las mutuas castigan a Barnaclínic por el histórico conflicto que mantiene con la patronal de las clínicas privadas ACES. Esta última entidad entiende que Barnaclínic incurre en una supuesta competencia desleal por aprovechase de medios y profesionales de la sanidad pública.

Los ingresos de consultas externas también cayeron un 3%, hasta los 1,8 millones de euros. Barnaclínic reconoce en su informe de gestión que esta caída se debe al descenso de médicos que colabora con ellos. Precisamente, este descenso está causado por la normativa de compatibilidad que exige la Generalitat para poder conjugar la actividad pública con la privada.

El anterior consejero de Salud, Toni Comín, conminó a los responsables de Barnaclínic a cambiar la figura empresarial (ahora son una sociedad anónima) y abandonar el Hospital Clínic de Barcelona antes del 31 de diciembre de 2017. Sin embargo, quien salió fue Comín, refugiado en Bélgica. Barnaclínic sigue un año después en la séptima planta del Hospital Clínic. La sucesora de Comín al frente de la sanidad catalana, Alba Vergés, no les pone ni prisas ni plazos para irse.

En marzo de 2017, un informe de la Sindicatura de Cuentas advirtió a Barnaclínic que no podía prestar asistencia sanitaria privada con medios de la pública.

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