Dir ya debe más dinero a los bonistas que a la banca

La compañía se enfoca en recortar el pasivo con las entidades financieras mientras refinancia los bonos que arrastra desde 2010

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Durante el pasado año, las reuniones entre los bancos y los responsables de la cadena de gimnasios Dir se produjeron con frecuencia. Sobre la mesa, la refinanciación de una deuda de 12 millones de euros que ponía en duda la salud de la compañía. La empresa que preside Ramon Canela cumple religiosamente con las entidades, aunque supongan menos del 50% de su pasivo. A la otra mitad le toca esperar.

Según documentación financiera a la que ha tenido acceso Economía Digital, la deuda en obligaciones supera por primera vez la que arrastra con las entidades. El pasivo con la banca es ya de 10,58 millones frente a los 12 millones en los que se situaba al cierre del ejercicio 2017. En cambio, con los bonistas, en su mayoría particulares, la mochila asciende a alrededor 11,5 millones por los 11,45 millones en los cerró el último año fiscal disponible.

Los datos revelan que los principales acreedores de la cadena catalana son BBVA y Banco Santander, a los que tiene que pagar 2,8 millones de euros. La cifra se redujo frente a los 3,4 millones y los 3,1 millones que debía en diciembre de 2017. El tercero en discordia es el Institut Català de Finances con los que se mantiene una deuda de 1,3 millones de euros.

El calendario de pagos de Dir se acelera en 2020

Ya por debajo del millón están Banc Sabadell (900.000 euros), Bankinter (700.000 euros), Ibercaja (500.000 euros), Cajamar (450.000 euros), Bankia (350.000 euros), Deutsche Bank (315.000 euros), Caixabank (280.000 euros) y Liberbank (190.000 euros).

La compañía de gimnasios logró dilatar el calendario de pagos hasta 2024. Además, obtuvo prácticamente una carencia hasta abril de 2020, pues hasta entonces solo tiene que hacer frente a vencimientos por valor de 1,65 millones de euros. La cosa se pone sería con la entrada de la nueva década: en 2020 deberá abonar 1,8 millones a las entidades y en el trienio siguiente entregar tres millones por año.

Si bien Dir garantiza la deuda con sus gimnasios, las entidades ya han expresado en alguna ocasión su deseo de dar entrada a un nuevo inversor que aportase liquidez a la empresa afectada por «la entrada de nuevos operadores de bajo coste y de proximidad», como ella misma reconoce en las últimas cuentas anuales formuladas.

Los bonistas de Dir

La estrategia de la cadena pasa por cumplir con la banca mientras pospone sus obligaciones con los bonistas, prácticamente todos particulares, y con poca capacidad para presionar. Ya en 2017. la empresa logró reducir el pasivo bancario en 2 millones de euros, pero no redujo ni un solo euro la deuda con estos últimos, que se mantuvo en los 11,45 millones de euros. Ahora, la cifra es de 11,5 millones de euros.

El mecenazgo entre particulares se ha convertido en una de las vías de financiación más recurrentes de Dir en los últimos años. Gracias a ella logró la apertura de nuevos centros en Barcelona.

Sin embargo, Canela se especializó en prorrogar una vez tras otra estas obligaciones. Mientras realizaba nuevas emisiones de bonos, entre 2010 y 2018 refinanció esta deuda en al menos ocho ocasiones; cada una con el consecuente incremento del interés. La última vez fue en octubre de 2018, cuando aplazó el pago de 2,5 millones de euros.

«En los últimos años, Dir no ha logrado cerrar ningunas emisión de bonos, las refinancia una y otra vez a costa de elevar el interés», explicaban fuentes financieras hace unas semanas a Economía Digital.

Preguntados por esta cuestión hace meses, fuentes de la empresa explicaron que las renovaciones de los bonos siempre se suscribieron de forma voluntaria y jamás se obligó a los bonistas a firmarlas.

Carles Huguet

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