Grifols gana menos (pero trata de disimularlo)

La farmacéutica familiar recorta los márgenes y en 2018 se queda con unas ganancias de 594 millones frente a los 661 millones del año anterior

Los consejeros delegados de la multinacional de hemoderivados Grifols, Raimon Grifols (i) y Victor Grifols (d), durante la junta general de accionistas 2018. EFE

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Grifols gana 661,3 millones de euros”, decía la farmacéutica en febrero de 2018. La cotizada familiar fue una de las muchas multinacionales que se benefició de la reforma fiscal que Donald Trump implementó en el último trimestre de 2017. Hoy, la empresa trata de hacer olvidar este extraordinario para presumir de ganar más cuando sus beneficios fueron de 594,4 millones de euros.

La multinacional de hemoderivados codirigida por Raimon Grífols Víctor Grífols vio como el ritmo de las ganancias frenó en el último trimestre de 2018: de tener un beneficio un 8,5% superior hasta el mes de septiembre se pasó a un descenso del 10%. 

Así, Grifols lamenta una caída de los márgenes del 4,8% debido «a los mayores costes de obtención de plasma asociados a los esfuerzos para seguir incrementando su acceso a plasma con el objetivo de seguir dando una respuesta a la sólida demanda».

Como explicó Economía Digital, el banco de inversión alemán Berenberg ya advirtió al mercado a comienzos de febrero. “Grifols está bien posicionada para beneficiarse del fuerte crecimiento de los hemoderivados. Sin embargo, sin un crecimiento proporcional en otras proteínas, cada litro adicional de plasma procesado pone sus márgenes bajo mayor presión”, avisaba la entidad.

Además, la compañía también tiene otros culpables para justificar la rebaja de los márgenes: «las restricciones temporales de venta de albumina en China, el mix geográfico de las ventas de factor VIII y el mix de productos de la división de diagnóstico».

Grifols: no es oro todo lo que reluce

De este modo, mientras Grifols celebra «un crecimiento operativo del 9,2%», la realidad es bien distinta, pues tal expansión sólo se hubiera producido a un tipo de cambio constante. La realidad es que los ingresos crecen el 3,9%, desde los 4.318 millones hasta los 4.486 millones de euros.

Más allá de las ventas, el resto de las grandes métricas cae. Los márgenes bajan el 4,8% e impactan directamente en el resultado de explotación, que pierde el 8,8% desde los 1.090 millones hasta los 994 millones.

Sigamos. El resultado antes de impuestos también baja el 10% hasta los 752 millones; un panorama de caída generalizada hasta que los menores pagos en impuesto de sociedades –una de las grandes medidas de la reforma fiscal de Trump– ayudan a dar la vuelta a las cuentas con una ligera subida del 1,5% antes de extraordinarios.

Grifols sigue con una alta deuda

Grifols tampoco logró recortar la deuda, que se situó en 5.343 millones frente a los 5.170 millones a cierre de 2017. El ratio entre deuda y Ebitda –una de las métricas utilizadas para evaluar la salud financiera de una empresa– quedó fijado en 4,32 veces frente a las 3,96 en las que cerró el año anterior.

 «La gestión del endeudamiento es una prioridad para la compañía”, explican en la empresa siempre que se les pregunta. Para disipar dudas lucen líneas de crédito no utilizadas por valor de 400 millones y una liquidez que cifran en 1.033 millones.

Tras la presentación de resultados, los inversores castigaron a Grifols que, a las 10 de la mañana, cae por encima del 3% hasta los 22,45 euros por acción tras haber llegado a descender el 5%.

Carles Huguet

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp