Las apuestas deportivas, inmunes a la crisis

Esta modalidad de juego crece en adeptos desde 2009 y supone una balón de oxígeno para las salas españolas

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Un partido entre dos grandes equipos de fútbol hace estallar los índices de audiencia y también las apuestas deportivas. A pesar de la delicada situación económica, los españoles gastan, y mucho, en esta modalidad de juego. En apenas tres años, la tendencia de crecimiento de las apuesta deportivas va en aumento, sin freno a la vista.

Sólo en Madrid –donde el negocio está más consolidado por ser una de las primeras comunidades en estar regulado– la gente ha apostado 149 millones en el último año, frente a los 135 millones de 2010 y 75 millones de 2009.

Asimismo, los premios que han recibido los jugadores ha ido in crescendo desde 61 millones hace tres años a 121 millones en 2011. El éxito radica en que es un juego bastante nuevo, que se puede apostar en todos los deportes y categorías, además de que el perfil de jugador al que puede interesar es muy amplio.

“La acogida ha sido muy buena porque es un juego atractivo, que engancha y donde e ljugador toma la decisión con mayor conocimiento”, apunta el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Salones de juego (Anesar), Juan Lacarra.

Contrarrestar el descenso de otros juegos

Las apuestas deportivas presenciales están reguladas en algunas comunidades autónomas, pero no en todas. En concreto, Madrid, País Vasco, Navarra, Comunitat Valenciana, Galicia y Aragón ya han sacado su normativa.

La buena acogida en las autonomías donde las apuestas están regularizadas está motivando a otros gobiernos autonómicos a ponerse al día en ello. Murcia y Canarias están a punto de subirse a este barco y, por contra, Catalunya todavía no ha puesto cartas en el asunto.

Para los empresarios de salones de juego, las apuestas son como el agua en pleno desierto. Con la caída del 40% que ha sufrido el negocio de las tragaperras desde el inicio de la crisis, esta nueva modalidad permite ampliar el perfil de los clientes y equilibrar así la balanza.

Además, es un negocio muy beneficioso para el Estado. La tasa recaudatoria de las apuestas las establece cada comunidad autónoma. “En Madrid es de un 10% sobre las ganancias”, señala Lacarra. Esto significa que del montante total que se apuesta hay que restarle el premio otorgado y de la cantidad resultante se le paga un porcentaje establecido a la Administración. En este juego, el Gobierno siempre gana.

Apuestas ‘on line’

No obstante, no es oro todo lo que reluce y las apuestas deportivas por Internet se rigen por otras normas. El pasado junio, el Gobierno otorgó 96 licencias generales y 186 singulares a 53 empresas, entre las que figuran Antena 3, Cirsa o Codere.

El régimen tributario y el tipo de licencia pone a las compañías españolas en peor situación que al resto de países europeos. La tasa que se abona a Hacienda es del 25%, mientras que en Gran Bretaña se reduce al 10%. Con ello, el jugador obtiene una premio menor en las páginas web nacionales que en las extranjeras. Y para más inri, en las apuestas deportivas presenciales el jugador está obligado a pagar impuestos cuando el premio sea como mínimo de 3.000 euros, no obstante, en las jugadas on line el cliente paga por cada vez que gana dinero, sin atender a las pérdidas. De modo que, al hacer la declaración de la renta, algún jugador tiene que volver a pasar por caja.

“Es un problema muy serio. No podemos tener una licencia regulada de forma diferente al resto de Europa. Es una barrera de entrada al negocio español”, se lamenta el presidente de la Asociación Nacional de Profesionales de Apuestas Deportivas, Juan José Morrón.

El juego on line ha generado en el último año unos ingresos de 370 millones y está previsto que aumente a 500 millones a finales de 2012.

Economía Digital

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