Carrefour y Eroski suben hasta un 38% el precio de la harina de trigo, muy dependiente de Ucrania

Ucrania se considera como uno de los mayores suministradores de la Unión Europea, por lo que las cadenas de supermercado ven amenazado su 'stock'

Harina. Pixabay

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La invasión de Rusia a Ucrania y el aumento de la inflación está provocando una fuerte subida de la materia prima agrícola, y en consecuencia, una fuerte subida de los precios de numerosos productos. Las grandes cadenas de supermercados, como Carrefour y Eroski, han disparado hasta un 38% la harina de trigo, un alimento muy dependiente del mercado ucraniano, el principal «granero de Europa».

Y es que, además del petróleo o el gas, Rusia es un gran productor de trigo, de hecho, el Kremlin se posiciona como el mayor exportador de este producto a nivel mundial, mientras Ucrania se considera como uno de los mayores suministradores de la Unión Europea. España compra una importante cantidad de cereales a Ucrania, considerado como el granero de Europa. En concreto, el país adquiere a los productores ucranianos cerca de un 30% de sus importaciones de maíz y el 60% de las de girasol, así como el 17% del trigo.

Según ha podido comprobar Economía Digital, al menos Carrefour y Eroski trasladaron el encarecimiento de harina de trigo a sus clientes, debido a las dificultades para acceder al cereal por el cierre del mercado ucraniano. De esta manera, en las estanterías de Eroski los efectos de la guerra son claros. Si un mes antes del estallido del conflicto bélico la harina de trigo de la marca de la entidad se vendía a 0,38 euros el kilo, hoy lo hace a 0,48 euros, casi un 27% más caro.

Pero la crisis desatada por la guerra en Ucrania, no afecta solamente a los supermercados españoles, también a grandes grupos como Carrefour. Este mismo mes de enero, la compañía francesa ofrecía la harina de trigo de marca blanca a o,47 euros el kilo, mientras que a día de hoy, el precio, según precisa su página web, escaló hasta los 0,65 euros, lo que supone un incremento de hasta un 38%.

Medidas contra el desabastecimiento

Ante este escenario, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, solicitó a la Comisión Europea medidas para flexibilizar los requisitos de importación de maíz y otros cereales así como oleaginosas, que se ve amenazado por la escalada bélica en Ucrania. Asimismo, España ha planteado a la UE que se facilite la llegada desde otros mercados, como el argentino y el estadounidense.

Sin embargo, Planas ha lanzado un mensaje de calma tanto a la población como a los productores, indicándole que todos los actores están trabajando juntos para que sus intereses sean preservados. Además, el ministro ha subrayado que, de momento, no existe riesgo a corto plazo de desabastecimiento alimentario en el país, aunque ha urgido al club comunitario europeo adaptar las ayudas directas de la Política Agraria Común al nuevo escenario, de manera que sea posible aumentar la disponibilidad de superficies destinadas a la producción de maíz así como otros cereales.

También se dispara el precio del aceite de girasol

Según los últimos datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), organismo público dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, las principales importaciones españolas en 2020 procedentes de Ucrania no solo fueron cereales, también de aceite de girasol, que ha sufrido una subida de su precio a consecuencia del conflicto. De hecho, algunas principales cadenas racionan desde comienzos de esta semana la venta de aceite de girasol; una medida que va acompañada de subidas de precio que rondan el 20% en buena parte de los artículos disponibles. Los picos llegan hasta el 70%.

Eso sí, todas las fuentes consultadas por Economía Digital explican que no está previsto un desabastecimiento masivo en MercadonaLidlCarrefour o alguna de las principales compañías que operan en España. «Si se resistió el coronavirus, se resistirá la guerra», aseguran. Se podrían repetir, eso sí, situaciones como las de Navidad, donde hubo escasez de algún producto concreto, aunque no fue una situación de una gravedad excepcional. 

Ana Carrasco González

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