Cataluña espanta a las renovables: las empresas dejan en el aire más de 100 proyectos por la burocracia

De las 487 iniciativas que pasaron el primer tramo administrativo no vinculante, solo 381 han continuado en la carrera, pese a recibir el visto bueno del Govern

Parque eólico de Rubió, en la provincia de Barcelona, que se inauguró en 2005. EFE

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Ejecutar grandes inversiones en energía eléctrica renovable en Cataluña es una odisea. Tras 10 años sin ni siquiera poder iniciar los trámites por una normativa restrictiva aprobada por el tripartito, la lentitud administrativa y los cambios en la legislación que apuestan por el autoconsumo siguen desincentivando el despliegue de parques fotovoltaicos y eólicos. Concretamente, las empresas han dejado 100 proyectos en el aire que no han llegado a arrancar.

Según fuentes del sector, desde setiembre de 2019, hasta mayo de 2021, después que el expresident Quim Torra impulsara un nuevo decreto para desatascar la ejecución de las inversiones, hasta 487 proyectos con una potencia conjunta de 9,8 GW recibieron el visto bueno de la Ponencia d’Energies Renovables. Se trata de un órgano colegiado del Govern que en ese momento hacía una evaluación inicial no vinculante del impacto ambiental de los proyectos. Sin embargo, en los dos últimos años, solo 381 iniciativas de las casi 500 iniciales con una capacidad de 6,8 GW han formalizado una solicitud administrativa previa y de construcción frente a la Generalitat, el siguiente paso en el largo camino administrativo para ejecutar la instalación.

Dicho de otra manera, los promotores han dejado en el aire 106 proyectos desde su primera consulta hecha hace años y han reducido, o perdido totalmente, su interés en generar enérgica eléctrica limpia en Cataluña. Según estas fuentes, las compañías del sector han perdido la confianza en el territorio, en gran parte por la lentitud de los trámites.

El departamento de Acció Climática aprobó en 2021 un decreto que incentiva el autoconsumo y las instalaciones de menos de 5MW, mientras que obliga a los promotores a cumplir con una serie de condiciones para desplegar parques eólicos o huertos fotovoltaicos en consenso con el territorio. Esta normativa implica el inicio de un proceso de participación con la ciudadanía, por el que requiere tener el visto bueno del 50% de los propietarios de la superficie afectada y a abrir el capital o el financiamiento del proyecto en un 20% a cualquier persona interesada o a las administraciones locales. Dichas condicionantes podrían haber desincentivado a algunos de los proyectos atraídos en un primer momento.

Más de 200 a la espera

Además, los 6,8 GW que han formalizado la documentación aún pueden tardar en enchufarse a la red. De los casi 400 proyectos, solo se ha publicado el anuncio de información pública en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), el BOE catalán, de 174 de ellos. Este paso simboliza el inicio de su tramitación administrativa.

De todos estos, el departament encabezado por Teresa Jordà ya ha autorizado 41 proyectos, todos ellos huertos solares fotovoltaicos con una capacidad total 102 MWn y ningún parque eólico, el tipo de energía de la que más carece Cataluña. Por otro lado, hay 117 proyectos pendientes de autorización, entre los que se encuentran 14 instalaciones eólicas de más de 500 MW y casi 3.000 MW en solares. Se han descartado definitivamente dos parques eólicos de casi 100 MW y tres huertos solares tras recibir una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) desfavorable.

Fuentes de la conselleria aseguran que no renuncian a los grandes proyectos, pero apuestan por los más pequeños para conseguir una “instalación ordenada en el territorio” y recuerdan que han desatascado la gestión de las renovables tras diez años sin que se aprobara ningún proyecto. En enero, la ponencia de renovables otorgó una DIA favorable a 16 proyectos eólicos y fotovoltaicos de más de 500 M.

La lentitud administrativa es otro de los factores que aqueja a las promotoras. La agencia especializado, dialEC, ha analizado el tiempo que tardaron a tramitarse las instalaciones fotovoltaicas desde que presentaron la autorización administrativa previa, hasta que se publicó su autorización final en el DOGC. En el caso del proyecto que ha evolucionado más rápido, todo este proceso ya se alargó un año y medio. La media supera los 500 días de trámites y el que más se ha alargado ha llegado a los 586.

En busca de ingenieros

Desde el Govern de Pere Aragonès reconocen la lentitud de todos estas gestiones, sobre todo con los proyectos más grandes, y aseguran que ya han desarrollado dos procesos de selección de ingenieros para que tramiten peticionas pendientes y acelerar el ritmo de implantación de la electricidad limpia. Las primeras contrataciones llegaron a finales de 2021 y el segundo proceso se impulsó derivado del acuerdo de los presupuestos catalanes, después que la oposición exigiera un incremento de técnicos en renovables.

El retraso en el despliegue de las renovables en Cataluña es crítico. Según datos de Red Eléctrica, en 2022 se generaron unos 6.000 GWh a partir de fuentes renovables, solo un 14% de su demanda eléctrica. Para encontrar unos registros similares, hay que tirar atrás hasta 2008, cuando en términos relativos la penetración de las energías renovables era del 11,5% y hasta 2009 en términos absolutos, cuando las renovables aportaron 5.827 GWh.

La capacidad eólica, que aporta la mayor parte de la energía limpia en otras comunidades autónomas, aumentó de forma insignificante en la región, lo que no pudo evitar que la caída de generación hidroeléctrica por la sequía mellara la penetración de las renovables. La fuerza del agua disminuyó su aportación en un 21%, cubriendo apenas un 6% de la demanda eléctrica catalana.

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