Cuerpo contra todos: mantiene un 2% de PIB pese a las dudas de un veintena de observadores

El Ejecutivo insiste en dejar la previsión del PIB de 2024 sin cambios, pese a que el consenso económico, el FMI o la OCDE lo ven muy por debajo

El ministro español de Economía, Carlos Cuerpo (c), y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almedia (3i). EFE/PABLO GARRIGOS

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La decisión de mantener la previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) al 2% este 2024 puede considerarse un combate cuerpo a cuerpo entre el Ministerio de Economía y la mayoría de observadores, que cuestionan que la actividad española vaya a ser capaz de batirse sus propias previsiones, un año más.

El departamento que dirige desde hace un mes Carlos Cuerpo celebró este martes que el PIB avanzara una décima más de lo estimado en sus proyecciones, hasta el 2,5%, de nuevo situándose por encima de los cálculos más optimistas y demostrando un vigor inusitado de nuestra economía. Pero el hecho de que la economía acelerase a finales del año pasado, con un avance de dos décimas más que en los tres meses previos y situando el cuarto trimestre como el de mayor crecimiento del ejercicio (un 0,6%), no va a provocar un cambio en las previsiones para 2024.

«Me fijaría en el reto de este Ministerio en cuanto a hacer previsiones. Creo que el último dato ha sido muy positivo, pero la previsión que manejábamos era de 2,4%. En este punto, lo mejor que puede hacer todo el mundo es confiar en el 2% que ha estimado el Ministerio para el año 2024″, aseguró el ‘número dos’ de Cuerpo, el secretario de Estado de Economía, Israel Arroyo, en una rueda de prensa para analizar la coyuntura española, tras la oleada de buenos datos estadísticos.

20 analistas recortan la previsión del PIB

Es decir, el Gobierno no se va a dejar llevar por el optimismo tras estos buenos datos y van a seguir en una estimación que consideran «prudente», aunque sigue siendo más generosa que la de cualquier observador de la economía de nuestro país. Por ejemplo, en el Panel de Funcas, que recoge bimensualmente la proyección de 19 servicios de estudios, el consenso sitúa el crecimiento de este año en el 1,6%.

De hecho, solo uno de ellos se sitúa por encima de la predicción del Ejecutivo: el Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, que lo coloca en el 2,1%. Al otro lado, la cifra más pesimista es la de Repsol, que cifra en un 1,2% el avance para este ejercicio. Algunos, como CaixaBank Research, ya han anticipado que van a elevar su previsión para este año, que es del 1,4%, tras los buenos datos conocidos esta semana.

Fuentes de Economía quitan hierro al pesimismo que cunde en algunos servicios de estudio, detallando que más que tratarse de dudas sobre la evolución de nuestro país o de cierto ‘seguidismo’ entre economistas, es un incentivo a no pasarse de frenada: mejor quedarse corto en la proyección de crecimiento que dar un alza inviable a la luz de los datos. Tampoco el Ministerio, por un buen trimestre, va a cambiar el escenario para todo un ejercicio.

De primeras, la veintena de servicios que recoge Funcas parten de datos ya obsoletos, ya que no incorporan la sorpresa positiva del cuarto trimestre de 2023. Unas previsiones que se quedan viejas son también las del Fondo Monetario Internacional (FMI), hechas públicas pocas horas después de salir la Contabilidad Nacional que publica el INE, pero que no recogían este acelerón. El organismo cifra el avance para este año en el 1,5%. Mismo porcentaje que calcula la OCDE.

Una sorpresa positiva para el arranque del año

El secretario de Estado de Economía defendió los «buenos modelos» con los que cuenta el Ministerio, que ha atinado en sus proyecciones de los últimos ejercicios pese a las dificultades para prever la evolución económica, gracias a que tiene «una sensibilidad y un conocimiento profundo mejor del que, a lo mejor, puede tener un organismo internacional».

Un actor económico destacado de nuestro país, el Banco de España, también rebajó su optimismo para el año que viene en su último Informe trimestral: en concreto, según sus cálculos el PIB crecerá un 1,6%, que justificó por «unas perspectivas menos favorables acerca de la evolución futura del consumo de los hogares».

Precisamente el consumo privado ha sido el causante del acelerón de la economía en el cuarto trimestre, motivado por la mejora del poder adquisitivo de los hogares, tras las rebajas de la inflación y las subidas salariales. Para este año, el Gobierno proyecta que el consumo privado aumentará en un 2,5%, a mucha distancia del público, que ha sostenido en gran parte la actividad en los últimos años, y que será la demanda nacional la que justificará todo el crecimiento para el año que viene. Todo a la espera de un nuevo cuadro macroeconómico que se publicará si salen los Presupuestos Generales del Estado.

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