El declive del histórico sector textil catalán: cae la producción mientras crece en el resto de España

La fabricación de tejidos ha disminuido un 2% en los últimos diez años y mientras que se han perdido el 5% de los trabajadores del sector

Una fábrica de tejidos.

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Como en gran parte de la Europa Contemporánea, la Revolución Industrial llego a España de la mano de la industria textil, que se convirtió en el motor de la economía moderna y en el sector hegemónico hasta los años setenta del siglo pasado. Así fue también en Cataluña, cuyas numerosas colonias llevaron el segundo sector a lo más alto.

Sin embargo, la filatura y la confección no supieron adaptarse a los mercados emergentes y a la creciente globalización surgida a finales del siglo XX. Desde entonces, Cataluña aún mantiene cierta especialización en el sector textil, pero la producción y, sobre todo la ocupación, han ido disminuyendo en la última década, mientras que en el resto de España se han mantenido al alza.

Así lo apuntan datos del departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat en su Informe anual sobre la industria en Cataluña. Concretamente, la producción textil catalana ha disminuido un 2,1% en la última década, mientras que el sector en el resto de España ha crecido un 6,2% y en Europa se ha estancado sobre el 0,5%,según el Índice de Producción Industrial (IPI).

La misma tendencia siguen los datos de afiliados a la Seguridad Social del sector en los últimos 10 años. En la comunidad autónoma, se ha reducido un 5,5% en el acumulado de estos años, mientras que en el conjunto de España han crecido un 8,8%. Como resultado de este comportamiento dispar, el peso de la ocupación en Cataluña respecto al resto del Estado ha bajado de manera continuada desde 2011.

En fechas más recientes, el sector sigue cojeando por el impacto de la pandemia, sin llegar a recuperar los volúmenes de fabricación del 2019, cuando ya arrastraba dos años a la baja. En 2021, el textil catalán fabricó un 2% menos que el año previo al covid. Si se comparan los datos de 2021 con los de 2020, la industria tuvo un amplio crecimiento del 11,6%, pero hay que tener en cuenta que venía, justamente, de una caída del 11,2% afectado por las restricciones contra el virus. Entre 2020 y 2021, la producción española aumento en un 9% mientras que el crecimiento europeo llego al 10%.

Gran parte de esta recuperación fue impulsada por los subsectores situados al principio de la cadena de valor, la filatura y la fabricación de tejidos. Crecieron un 23% y un 21% respectivamente, mientras que las empresas dedicadas al acabado de los tejidos y a otros productos superaron el bache a un ritmo inferior. En España y en Europa, el comportamiento fue prácticamente el mismo.

Sin embargo, la recuperación de la producción no se tradujo en un aumento de la ocupación en la industria. En 2021, los afiliados al textil se estancaron en 17.581 trabajadores, solo 0,2% más que en 2020. En cambio, en el resto del Estado el sector aumentó su ocupación en un leve 1,8%, aunque tampoco consiguió recuperar los datos prepandémicos. 

Por el contrario, y aunque no han servido para compensar la caída de producción; las exportaciones catalanas de productos textiles consiguieron superar por los pelos los valores de 2019 con un crecimiento del 15,4%, después de caer un 15,3% en 2020. Las importaciones siguen a la baja, batiendo cuatro años consecutivos de caídas, esta vez del 2,7%.

Las exportaciones, al alza entre 2012 y 2017

Mientras que la producción y la ocupación acumulan 10 años de disminuciones, las exportaciones de textil fueron al alza entre 2012 y 2017, una racha interrumpida por una caída de las ventas internacionales en 2018. De esta forma, las exportaciones crecieron un 21% en 2021 en comparación la cifra de hace una década. Por su parte, las importaciones crecieron a un ritmo menos pronunciado, del 10%. Esto ha permitido al sector acumular una década de saldo positivo.

Actualmente, la industria textil tiene un peso modesto en la economía catalana, con un valor agregado bruto (VAB) del 2,2%, que equivale a 777 millones de euros, y una facturación en 2021 de 2.836 millones. Aunque vaya a la baja, sigue teniendo más relevancia frente al conjunto del Estado, donde representa el 1,1% del VAB. A cifras de enero del año pasado, en Catalunya había 1.033 dedicadas al sector, lo que representa casi un tercio de las 3.591 repartidas por toda España.

Aun su declive, del textil catalana mantiene toda su cadena productiva, des de la filatura hasta los productos confeccionados. Si los trabajos más tradicionales van a la baja, en la actualidad los ámbitos más innovadores como el diseño, la gestión de los suministros, la logística, la distribución y los centros tecnológicos son los encargados de equilibrar la balanza y de frenar una caída más drástica.

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