El nuevo secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés.

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El nuevo secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, nombrado como ‘número dos’ de Nadia Calviño tras la marcha de Ana de la Cueva la semana pasada, se ha estrenado este miércoles en un acto público organizado por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) sobre el Plan de Recuperación. 

En su debut ante los medios como secretario de Estado García ha querido destacar las bonanzas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia elaborado y remitido por el Gobierno a Bruselas al ser “esencial para garantizar un fuerte rebrote de la economía” desde este año. 

García ha asegurado que conforme a los últimos indicadores de alta frecuencia se constata que el inicio del año ha ido “de menos a más”, de forma que tras un arranque “complicado” por los rebrotes desde marzo y especialmente abril se ve con “más claridad” que “se está reanudando la recuperación hacia los niveles previos a la pandemia”. 

Por ello, ha indicado que el Plan de Recuperación recoge la concentración del esfuerzo de inversión y de reformas en la primera fase (2021-2023) para tratar que la recuperación de la actividad tenga “continuidad” al estar ya “en los albores de un nuevo ciclo de expansión económica”. 

«Ni mayor presión fiscal ni mayor presión salarial en el horizonte»

Para poder llegar a movilizar los 500.000 millones de euros de inversión privada que contempla el Plan de Recuperación a través de la canalización de los 140.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos, García ha subrayado la importancia de que las empresas cuenten con perspectivas estables de la economía y haya crecimiento en el consumo y los negocios.

Asimismo, ha subrayado la necesidad de que se den condiciones de financiación para que el coste de utilización del capital sea «razonablemente bajo», algo que en este momento cree que «no es una restricción» ya que los tipos de interés y las condiciones de financiación son «laxas». También ha apuntado la importancia de tener una perspectiva y un impulso adicional de las reformas en la medida en que se mantenga un horizonte «estable» del crecimiento económico y del empleo.

Preguntado sobre los inconvenientes que podrían encontrar las empresas para proceder a invertir en el marco de los proyectos del Plan de Recuperación ante la previsión del Gobierno de modificar el Impuesto de Sociedades para establecer un tipo mínimo y de una mayor remuneración de los asalariados, el nuevo ‘número dos’ de Calviño ha negado ambos supuestos.

«Ni mayor presión fiscal ni mayores presiones salariales está en el horizonte, por lo menos no en el horizonte que manejamos nosotros«, ha afirmado tajante García, descartando así cambios a medio plazo que afecten a la imposición de las empresas y un aumento de la presión salarial ante las exigencias de subidas retributivas en el la negociación colectiva como reivindican los sindicatos.

Si se consigue un marco de «certidumbre», cree que el repunte de la inversión privada que se está constatando puede llegar a ser «duradero» en el tiempo. Según las previsiones que maneja el Gobierno, el Plan de Recuperación permitirá impulsar la inversión del 2% del PIB al 4%, al tiempo que aportará un crecimiento de 2 puntos de PIB a la economía al año hasta 2023, con un aumento del crecimiento potencial del 2% del PIB igualmente, y creará a su vez 800.000 puestos de trabajo a lo largo del periodo de seis años.

Préstamos en 2022

De igual forma, ha confirmado, tal y como se recoge en el Plan de Recuperación, que al margen de los 70.000 millones en transferencias que prevé recibir España de los fondos europeos conforme al cumplimiento de los hitos en reforma e inversiones, el Gobierno prevé solicitar ya el próximo año los primeros préstamos de los fondos europeos para financiar «ámbitos concretos».

Y es que aunque la «prioridad» es utilizar las transferencias de la Unión Europea en primer lugar por su impacto sobre la economía, también hay «voluntad» del Gobierno para «aprovechar el conjunto de los recursos» disponibles, es decir, los restantes 70.000 millones de euros en préstamos.

Estos préstamos se destinarán a sufragar ámbitos como el nuevo mecanismo de flexibilidad interna que proyecta el Ejecutivo, que seguirá el modelo de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

Posterga el plan de ajuste a cuando haya recuperación

En línea con lo defendido por la ministra Nadia Calviño y el Ejecutivo, García ha indicado que sería «deseable» que una vez que la economía europea recupera una situación de crecimiento se pueda volver a activar las reglas fiscales, actualmente suspendidas al estar en vigor la cláusula de salvaguarda del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

En todo caso, ha remarcado que la «prioridad» ahora es la reactivación económica y el empleo, por lo que todavía hay una situación en la que. la política fiscal tiene que actuar de «estabilizadora» para amortiguar el efecto de las restricciones sanitarias en la actividad, y cuando el proceso de recuperación se consolide «será el momento de empezar a pensar y elaborar ese plan (de ajuste)».

Mantiene, por tanto, la postura de continuar con una política económica de estímulo. Aun así, ha recordado que el Programa de Estabilidad ya contempla una senda de reducción «ambiciosa», del 10,1% del PIB el año pasado al 8,4% del PIB previsto este ejercicio, al 5% en 2022, al 4% en 2023 y al 3,2% en 2024.

El nuevo ‘número dos’ de Calviño ha mantenido la previsión de que se recupere el nivel de PIB anterior a la crisis a finales de 2022 y las tasas de crecimiento anteriores a la pandemia ya en 2023. Será entonces cuando el Gobierno acometa el plan de ajuste para la consolidación de las cuentas públicas.

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