España, entre los países europeos donde es más caro cargar un coche eléctrico

El precio de la recarga rápida en puestos públicos llega a los 0,65 euros el kilovatio hora, el más alto del continente

Una zona de cargadores para vehículos eléctricos en un aparcamiento público de Madrid. EFE/Chema Moya

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Si hay una afirmación unánime en la automoción española es que aún queda camino por delante hasta completar la transformación hacia la movilidad eléctrica, tanto a nivel industrial como en la renovación del parque. Mientras los fabricantes españoles trabajan en adecuar sus plantas, aún hay varias disyuntivas que hacen que los consumidores se lo piensen dos veces antes de comprar un coche eléctrico. Dos de ellas son el precio del vehículo y de la instalación de un punto de recarga privado.

Para aquellos que ya han dado este paso, suele ser más barato cargar las baterías de un electrificado que llenar el depósito de un vehículo alimentado por fuentes tradicionales, pero, con la elevada inflación energética, ahorrar resulta difícil. De hecho, el coste de cargar un vehículo eléctrico en España es de los más altos de Europa.

El importe a abonar para “repostar” un electrificado varía en función del puesto de carga y el método que siga. Según datos del Observatorio Europeo de Combustibles Alternativos de la Comisión Europea, cargar el coche en un puesto privado, es decir, en casa o en el trabajo, costaba de media unos 0,19 euros el kilovatio hora (€/kWh) en junio de 2021 en España.

Este preció convertía a España en el tercer país del continente con un gasto más alto, solo por detrás de Irlanda (0,28 €/kWh) y Bélgica (0,20 €/kWh). Le seguían de cerca Liechtenstein y Noruega, el país con una mayor implementación de la movilidad eléctrica, con un coste de 0,18 €/kWh. Aunque desde entonces la luz no ha dejado de subir, estos datos son previos a las medidas impulsadas por el Gobierno, como la rebaja del IVA de la electricidad o la excepción ibérica.

Este tipo de carga, menos potente, pero más barata; es la más utilizada por los conductores de eléctricos: el 70% de las recargas se realizan desde casa o desde el trabajo. Dependiendo del vehículo y de la potencia de la infraestructura, la batería puede tardar entre cuatro y ocho horas a recargarse del todo. Por último, de la misma forma que no es lo mismo poner una lavadora a media mañana que de noche, este coste varía dependiendo de la hora del día en que se conecte el coche.

El coste en puestos públicos

Por otro lado, el importe de cargar un coche en los puestos públicos está condicionado por muchos factores. En primer lugar, varía en función de si se ha pagado una suscripción con un operador (eMSP) o si, simplemente, se cuantifica el uso de un punto en un momento determinado (ad hoc). En todo caso, el importe está supeditado al precio de la energía, al que se suelen sumar tarifas por el tiempo que se mantiene el coche conectado y por el simple uso de la infraestructura.

En referencia a los puntos de carga rápida, el coste energético en las fotolineras ad hoc en España en 2021 fue el más elevado de Europa y podías superar el de los combustibles fósiles: llegaba a los 0,65 €/kWh, el mismo que en Lituania y en Letonia. En el caso de las subscripciones, podía ir des de los 0,25 hasta los 0,55 €/kWh, un abanico más parecido al del resto de países de la unión.

En los puestos de menor potencia, más implementados en España, el coste energético era más bajo, de 0,36 euros en los puntos ad hoc, también en sintonía al resto del continente. Sin embargo, esta cifra se le sumaba la tarifa plana por sesión, que llegaba casi al euro por kilovatio hora, el más caro de Europa. Por su lado, las tarifa por subscripción abarcaban desde los 0,15 a los 0,60. Esto situaba a España como el tercer país con un menor coste mínimo, aunque el gran rango de precios lo convertía en el octavo con un máximo más alto.

El elevado precio que plantea estos costes de recarga y el desconocimiento por parte de los usuarios es otro de los factores que participa en la indecisión de los conductores a dar el paso y comprar un vehículo cero emisores. Aun así, no hay duda de que la escasez de puntos de recarga es el elemento que más ralentiza el despliegue de la movilidad eléctrica en España.

15.772 puntos de carga públicos

Según el último informe publicado por Anfac, la patronal de los fabricantes de coches, la infraestructura de recarga de acceso público ha aumentado en 1.528 puntos en el segundo trimestre de 2022, con un total de 15.772 puntos. Para la asociación empresarial, se trata de un crecimiento por encima del producido en los trimestres anteriores, pero aún lejos del deseado: se muestra un lento progreso hacia los 45.000 puntos de recarga que serían necesarios al cerrar el año para cumplir con los objetivos europeos.

De todos los puntos públicos, el 83% son de carga lenta, mientras que tan solo el 17% de la infraestructura de recarga de acceso público en España corresponde a carga de alta potencia. Cabe destacar, sin embargo, que durante el primer semestre del año cerca de la mitad de los puntos de recarga fueron de esta tipología, con una potencia superior a los 22 kW.

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