El cierre de año esconde un repunte de la volatilidad en el empleo pese a la reforma laboral

La norma no consigue mejorar la estacionalidad del mercado laboral: se sigue creando empleo el primer día del mes y destruyéndolo el último con los fijos discontinuos como reemplazo de los contratos estacionales

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. EFE/ Chema Moya

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La reforma laboral de 2021 impulsada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reducido el porcentaje de asalariados con contratos temporales forzando la contratación indefinida, pero no ha eliminado la volatilidad en la contratación típica del mercado laboral español, por la cual se crea empleo el primer día del mes y se destruye el último.

Según los datos del Ministerio de Seguridad Social, las variaciones en la afiliación media diaria son prácticamente igual de pronunciadas que antes de la reforma laboral e incluso han superado en diciembre de 2022, último mes con datos, a las del mismo mes del año anterior. En concreto, el 30 de diciembre del pasado año se destruyeron 64.132 empleos, casi el doble que ese mismo día de 2021, 32.873. También fueron más las bajas de afiliación del 23 de diciembre de 2022, 67.865, que las del año anterior, 54.745.

Más allá de que la tendencia haya podido acentuarse en este último diciembre por haber sido un mes débil en afiliación, el peor desde 2012, estas variaciones se han producido durante todo el año, sobre todo en los meses de verano, con 269.716 bajas el 31 de agosto coincidiendo con el final del mes más importante de la temporada alta turística.

Según Juan Ramón García, economista principal de BBVA Research, esto significa que la reforma laboral «no ha modificado la estructura productiva de nuestra economía», con una estacionalidad muy marcada, por lo que «seguimos teniendo unos sectores que contratan y destruyen empleo de una forma similar a como lo hacían antes de la reforma, simplemente es que las figuras contractuales que ahora utilizan para ajustarse a las fluctuaciones de la actividad son diferentes«.

La diferencia reside en que la reforma laboral impide, desde abril, firmar contratos temporales por obra o servicio, limita los supuestos para contratos temporales por circunstancias de la producción y amplía la opción de los contratos indefinidos fijos discontinuos. Por ello, García atribuye estas variaciones en la afiliación, que denotan contratos de corta duración, a personas contratadas temporalmente o de manera fija discontinua, que antes eran contratos temporales estacionales.

Aunque el economista también contempla que puedan existir situaciones en las que «dado que la empresa no puede hacer un contrato temporal porque la legislación no se lo permite, haga una contratación fija discontinua» en la que, cuando baja la actividad estacional, da de baja de afiliación al empleado, el cual pasa a cobrar el paro sin contar como persona desempleada.

Algo que está distorsionando las cifras de paro mensuales, ya que, a pesar de no haber una modificación en la elaboración de la estadística, el número de contratos fijos discontinuos era residual antes de la reforma laboral. Según el Servicio Público de Empleo Estatal, los contratos fijos discontinuos firmados en 2021 fueron 262.911, frente a los 2.319.527 de 2022, el 33% de los contratos indefinidos firmados ese año.

García señala que es deseable resolver las variaciones tan pronunciadas en creación y destrucción de empleo entre el día uno y el último de cada mes porque unos flujos de contratación menores «están asociados a contratos más estables» y estos, a su vez, estos están ligados a «contratos más productivos, mejores salarios, mayor crecimiento económico y mayor creación de empleo». No obstante, el economista reconoce que «sin duda» se ha conseguido mayor estabilidad en el empleo con las modificaciones contractuales de la reforma laboral por la obligación de la modalidad fija discontinua a que la empresa y el trabajador pacten un periodo de llamamiento.

Cambios en la rotación y en la duración de los contratos

Con la reforma laboral y el auge de los fijos discontinuos, la rotación en la contratación ha aumentado ligeramente entre los indefinidos, pasándose a firmar 1,1 contratos por persona contratada frente a un contrato que se firmaba en 2021. Randstad Research señala que «34.848 personas firmaron en diciembre más de un contrato indefinido, un fenómeno que, desde inicios de 2022, ha ocurrido con 331 mil personas». Sin embargo, la reforma laboral también ha conllevado una disminución de la rotación laboral en el empleo temporal, pasando de firmarse 1,5 contratos por persona a 1,3, según BBVA Research.

Otra reducción provocada por la reforma laboral es la duración media de los contratos temporales. Han pasado de durar 52 días en noviembre de 2021 a durar 45,18 días en el mismo mes de 2022, último periodo con datos disponibles del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Según García, esto se debe a que los contratos temporales que antes se encadenaban durante años ahora deben o finalizar o convertirse a indefinidos. No obstante, la falta de desglose de los datos del SEPE impide conocer la duración de los contratos indefinidos, y, por tanto, detectar qué parte concreta de la contratación indefinida se podría estar usando como temporal.

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