UGT y CCOO denuncian que el bloqueo de la reducción de jornada paraliza la renovación de convenios

UGT y CCOO han presionado al Gobierno para desatascar el proyecto de ley de reducción de la jornada laboral, que lleva dos meses paralizada en la maquinaria de Moncloa sin pasar en segunda vuelta por el Consejo de Ministros, porque la incertidumbre ya está provocando la parálisis en la negociación y aprobación de los convenios colectivos.

En una rueda de prensa para presentar las movilizaciones por el Primero de Mayo, los secretarios generales de ambas centrales han subrayado que, a pesar de que la situación geopolítica obligue a los trabajadores a manifestarse contra la «Internacional del odio» que representan las políticas del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, serán «insistentes y persistentes» para que se tramite la norma y se envíe al Congreso cuanto antes.

«Hay que correr. Hay que hacerlo y hacerlo en tiempo. Que no se aclare cómo se va a concluir la reducción de la jornada laboral empieza a ser un propio problema en la negociación colectiva, nos empieza a dificultar la negociación de los convenios colectivos desde el momento en que la otra parte se resiste a negociar hasta que no se aclare el panorama», ha denunciado el líder de CCOO, Unai Sordo.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, se ha mostrado convencido de que el Gobierno no está bloqueando a propósito la tramitación de la reducción de jornada, sino que es consecuencia de la guerra arancelaria y las tensiones geopolíticas, así como de las negociaciones con los grupos parlamentarios para tratar de que tenga futuro la norma.

«Ni renunciamos ni vamos a renunciar. El Gobierno tiene el compromiso electoral de, cuanto antes, hacer el paso por el Consejo de Ministros. Los grupos parlamentarios tienen una responsabilidad muy especial porque pueden estar en contra de la jornada y permitir la tramitación y, por la vía del debate parlamentario, presentar enmiendas y hacer lo que crean conveniente y oportuno. Pero en ningún caso el Parlamento debería negar una cuestión que la inmensa mayoría de los ciudadanos quiere que se aborde», ha dicho.

La intervención de ambos sindicalistas ha estado muy centrada en las cuestiones globales y no tanto en la política nacional, mostrando una grave preocupación por las consecuencias de la guerra comercial y del nuevo orden mundial que se está imponiendo tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca.

«La guerra comercial impulsada por la nueva administración Trump, con la imposición de aranceles que amenazan gravemente al comercio mundial, requiere una respuesta firme y coordinada de la Unión Europea», reclama el manifiesto de cara al Día del Trabajador.

Sordo ha reclamado que las manifestaciones sean «un clamor» por la reivindicación de la soberanía europea por la «democracia» en el conglomerado, con la necesidad de dar una respuesta unitaria y firme a un Estados Unidos que, ha dicho el líder de CCOO, camina a convertirse en una autocracia.

«Este Primero de Mayo quiero pedirle a las personas trabajadoras de nuestro país que salgan a la calle porque la Internacional del Odio odia todo lo que nosotros queremos», ha insistido Álvarez.

La rueda de prensa ha tenido lugar pocas horas después de conocerse el fallecimiento del Papa Francisco, a los 88 años, y ambos líderes sindicales han rendido homenaje al pontífice por su legado progresista.

«Tiene que tener un reconocimiento porque ha dado una orientación progresista a lo que han sido muchas de las visiones de la Iglesia católica en estos últimos años», ha dicho Sordo.

«Estamos ante el Pontífice más cercano al evangelio real, ante el pontífice más cercano a las personas que más padecen», ha lamentado Álvarez.