Yolanda Díaz lleva a Bruselas su proyecto de meter trabajadores en consejos de administración

La vicepresidenta consigue cerrar unas conclusiones sobre involucrar a los trabajadores en el día a día de las empresas, un proyecto que quiere impulsar desde el Gobierno

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

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La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha utilizado su última oportunidad presidiendo el Consejo de Ministros de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores de la Unión Europea (EPSCO, por sus siglas en inglés) para darle un empujón a una de sus propuestas estrella a nivel interno: elevar la representación de los trabajadores dentro de las compañías hasta la gestión estratégica de las mismas. El objetivo es que los trabajadores tengan asientos en los consejos de Administración, replicando un modelo como el de la empresa pública Navantia, con dos representantes sindicales.

“La democracia funciona correctamente cuando todo el mundo puede participar y hacerse oír de manera efectiva en todos los ámbitos de su vida, incluido su lugar de trabajo. La democracia en el trabajo es uno de los valores fundamentales y una garantía de una Europa social más justa e integradora”, se lee en el documento votado por unanimidad.

Fuentes del Ministerio de Trabajo valoran que, por primera vez en una reunión de los Veintisiete, no solo se haya abordado este tema, sino que se hayan cerrado unas conclusiones de todos los ministros europeos al respecto. Un hito que, destacan en el departamento de Díaz, es algo habitual en países como Alemania -‘Mitbestimmung‘ (cogestión)- y en otros del norte de Europa.

«No es de recibo que un fondo de inversión pueda pasar por una empresa en cinco minutos y tomar decisiones drásticas sobre la viabilidad o continuidad de los proyectos empresariales y que los trabajadores, que han aportado básicamente toda la riqueza con la que cuentan las empresas, no tengan capacidad de decisión», apuntó desde Bruselas el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, quien repetirá mandato como ‘número dos’ de Yolanda Díaz.

En este sentido, el documento aprobado por los Veintisiete detalla que “una mayor democracia en el trabajo puede contribuir al desarrollo sostenible de la Unión”, ayudando a conseguir el “pleno empleo, el trabajo digno y el progreso social”.

Trabajo: «Quienes más aportan, menos tienen que añadir»

«En línea con el artículo 129 de la Constitución y en el marco del diálogo social, impulsaremos una participación más eficaz de las trabajadoras y trabajadores en el ámbito de sus respectivas empresas», dice el acuerdo entre el PSOE y Sumar, el punto al que se agarra Díaz para defender la llamada democratización de la gestión empresarial.

El ‘número dos’ de Díaz defendió que el objetivo es que «la democracia no se quede a las puertas de las empresas» y que el debate con el resto de titulares europeos de empleo ha permitido preguntarse «si es razonable que quienes más aportan a las empresas, menos tienen que añadir».

El documento de las conclusiones apunta que, entre las maneras de democratizar el entorno de trabajo, resulta “esencial” su acceso a los consejos de administración, ya que implica “la integración de la perspectiva de los trabajadores en el sistema general de las empresas, especialmente en el caso de las transnacionales”.

Yolanda Díaz apuesta por el ‘modelo Navantia’

Si bien la participación de los trabajadores es un modelo bastante explotado en Europa, en nuestro país se trata de una rareza. Es más: el ejemplo que utiliza Díaz para defender su fórmula es el de una empresa pública que, precisamente por estar 100% participada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), cuenta con representantes sindicales en el consejo de Administración.

La naviera Navantia está presidida por Ricardo Domínguez y su consejo de Administración cuenta con doce vocales. Diez de ellos están nombrados a propuesta del Gobierno, mientras que otros dos son escogidos a propuesta de la representación de los empleados en los diferentes centros de trabajo. En concreto es CCOO -sindicato mayoritario en el comité de empresa de la compañía- la central que copa la representación: el de un representante de su Federación de Industria y el de un miembro de la Ejecutiva de Industria Ferrol, sección sindical de CCOO. Díaz también cuenta con una de sus ‘manos derecha’ en el Ministerio como representante en el Consejo: en concreto, el economista Manuel Lago, asesor económico en su gabinete.

La vicepresidenta también ha aprovechado su última oportunidad al frente de un debate con los Veintisiete para la puesta de largo de una de sus ideas fuerza para la próxima legislatura: la negociación colectiva verde. Es decir, que las transiciones digitales y energéticas partan de las empresas y que el diálogo entre trabajadores y empleador se utilice para conseguir esos objetivos medioambientales.

Así, el papel acordado apunta que tanto la democracia en el trabajo como la negociación colectiva verde “precisan de interlocutores sociales fuertes, y de la promoción del diálogo social y la negociación colectiva con vistas a aumentar su cobertura”.

La propuesta española termina instando a los estados miembros a adoptar las medidas necesarias para fomentar ambos asuntos, y señalando a la Comisión que debe estudiar la legislación europea en estas materias.

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Álvaro Celorio

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