La propuesta de Yolanda Díaz para el SMI lo situaría un 52% por encima de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa

La propuesta de Díaz, que ha asegurado que el SMI no puede perder valor adquisitivo, supondría elevarlo en 560 euros al año

Yolanda Díaz (c), saluda al presidente del CEOE, Antonio Garamendi (d), y al presidente de la CEPYME, Gerardo Cuerva (i). EFE/ Juan Carlos Hidalgo

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Cuando el 1 de junio de 2018 Pedro Sánchez asumió la Presidencia del Gobierno tras salir adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy, el salario mínimo interprofesional (SMI) se situaba en 735,09 euros por paga. Cinco años y medio después, este sueldo mínimo es 345 euros más caro y se ha revalorizado un 47%, fruto de una política laboral donde se ha priorizado la mejora de las retribuciones más bajas.

La CEOE dio el pistoletazo de salida al debate sobre la subida del SMI mientras la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, estaba aún reunida con sus colegas en la primera cita del Consejo de Ministros de esta legislatura. Pero si los empresarios fijaron la subida en el 3% para 2024, lo mismo que se contempla en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), la propuesta no ha convencido ni a la responsable de Empleo ni a los sindicatos.

Durante un acto en el Ministerio de Trabajo, Díaz apuntó que el SMI no podía perder poder adquisitivo este año, señalando que la inflación de noviembre será de en torno al 3,7%. Es decir, si los empresarios fijaron un techo, Yolanda Díaz puso el suelo… siete décimas por encima. La CEOE propuso un incremento de 32 euros, pero para Yolanda Díaz el incremento mínimo será de 40 euros. En la actualidad, el SMI es de 1.080 euros.

Si sale adelante la propuesta de mínimos de Yolanda Díaz -la prerrogativa para fijar el SMI es del Gobierno, aunque la vicepresidenta le ha concedido el valor de ser un asunto a tratar en el diálogo social-, el SMI del año que viene será de al menos 1.120 euros. 385 euros más que hace cinco años, un 52% más.

El gran subidón se produjo en 2019, cuando la ministra de Trabajo de entonces, Magdalena Valerio, aprobó una subida de 165 euros, hasta los 900. En 2022 se superó la barrera psicológica de los 1.000 euros, mientras que a principios de año, en plena crisis inflacionaria, la subida fue del 8%: 80 euros. Por compararlo, entre enero de 2018 y octubre de este año, la subida acumulada de la inflación ha sido del 19,5%, por lo que el SMI ha ganado 30 puntos de poder adquisitivo.

Ahora bien, ¿deben fijarse los salarios mínimos en virtud de la inflación? Los sindicatos UGT y CCOO creen que no. En un comunicado conjunto lanzado en la tarde del jueves, ambas centrales valoraron la voluntad de las patronales de incrementar el SMI. «Sin embargo, entienden que el SMI debe proporcionar el mínimo de suficiencia y dignidad que señala la Carta Social Europea (60%), por lo que no es adecuado ligar los incrementos del SMI a lo acordado en el V AENC», valoran los representantes de los trabajadores.

UGT y CCOO creen que la subida del SMI «ha de tener en cuenta la evolución de los precios de los productos básicos, como la alimentación», que se situó por encima del 9% en el dato de octubre.

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