Alarma en el PERTE del automóvil: Industria teme que no haya demanda para 3.000 millones

El Gobierno publicará el orden de bases antes de que termine el año. Relaja los requisitos de acceso para captar más proyectos ante el miedo de que no existan suficientes solicitudes

La ministra de Turismo, Reyes Maroto, asistió el domingo a la inauguración del centro de visitantes del Roque de Los Muchachos, en La Palma. EFE/Miguel Calero

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El Gobierno publicará las bases del Perte del automóvil antes de finalizar el año. Así lo prometió y así será, aunque el dinero no comience a fluir hacia la industria hasta 2022. El plan llega eso sí con retraso; una demora producida por la flexibilización de los requisitos para acogerse a los fondos europeos. Existía el temor de que no hubiera la suficiente demanda para gastar los 3.000 millones de euros de ayudas procedentes de Bruselas.

De puertas afuera, el Ministerio de Industria se muestra convencido que habrá cantidad de proyectos a financiar y asegura haber tomado las medidas necesarias para que así sea. Sin embargo, lo cierto es que el departamento dirigido por Reyes Maroto tuvo que flexibilizar las condiciones inicialmente previstas para que un mayor número de empresas pudiera acceder a los incentivos. Para que el Perte no fuese prácticamente un traje a medida para Volkswagen y su plan para producir eléctricos en Martorell (Barcelona) y Landaben (Navarra).

En verano ya estaban las líneas maestras del proyecto montadas, pero las presiones del sector para que se relajasen las obligaciones impuestas por el Ejecutivo para acceder a los fondos Next Generation EU causaron el temor y el posterior rediseño.

Para empezar, la industria pidió que no sea un requisito indispensable traer la producción de un vehículo eléctrico a España. La obligación deja en fuera de juego a muchos fabricantes que no tienen este movimiento en su hoja de ruta a pesar de tener planes para desarrollar el coche eléctrico en el país y se concentran de momento en los vehículos tradicionales e híbridos.

Industria por ello quiere que los automóviles híbridos montados sobre plataformas eléctricas puedan beneficiarse de las ayudas, como avanzó La Tribuna de la Automoción. La medida tiene poco recorrido: la producción de eléctricos necesita líneas totalmente diferentes, por lo que los híbridos se ensamblarán siempre en el mismo espacio que los vehículos de combustión. Son más parecidos.

Para acceder al Perte del automóvil ya no será necesario construir una fábrica de baterías en España

El Ejecutivo también eliminó el requisito de erigir una fábrica de baterías en España para acogerse a los fondos, algo que solo entra en los planes de Volkswagen –es el único fabricante que ha hecho pública su voluntad de erigir una gigafactoría–. Con tener un centro de ensamblaje de baterías será suficiente, por lo que grupos como Stellantis, que produce ya eléctricos en el país, podrán sacar mayor rédito.

Consultado por Economía Digital, un portavoz del ministerio declinó ofrecer más información y pidió esperar a que se publique el orden de bases para obtener los detalles solicitados. La convocatoria de ayudas se realizará unas semanas después, ya entrado 2022. Con las modificaciones acometidas, el Gobierno aspira a que entre 50 y 100 empresas se puedan beneficiar del Perte.

A grandes rasgos: las iniciativas que se presenten deberán implicar al menos a cinco empresas (mínimo un 40% de pymes que aporte el 30% de la inversión), desarrollarse en dos comunidades autónomas o más, contar tanto con un centro I+D como, un vehículo electrificado y una planta de ensamblaje de baterías.

La Comisión Europea aprueba las ayudas

Hace dos semanas, la Comisión Europea aprobó el reparto de los 2.975 millones de euros que forman el Perte del automóvil. El Ejecutivo plasma ahora los trazos admitidos desde Bruselas: 1.550 millones de euros en ayudas directas y 1.340 millones en créditos blandos a una década con tres años de carencia. Los primeros se financiarán con los Fondos de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea y los segundos saldrán de los presupuestos españoles.

En un documento hecho público el pasado 15 de diciembre, la administración continental avisa que los consorcios tendrán hasta 30 meses de tiempo o hasta septiembre de 2025 –lo que llegue antes– para tener listos sus proyectos a partir de la concesión de la ayuda.

La inversión mínima de los proyectos tractores deberá ser de 10 millones de euros con tal de facilitar su acceso. Sin embargo, el Gobierno no podrá copar el Perte con dos o tres grandes proyectos, pues un consorcio no se podrá beneficiar de más del 20% del total de los 2.975 millones distribuidos.

Las corporaciones tampoco podrán utilizar los fondos europeos a su gusto. Según la Comisión Europea solo se podrán financiar «la investigación industrial, el desarrollo experimental, la innovación de procesos, la innovación organizativa y las inversiones destinadas a la eficiencia energética y la protección del medio ambiente». Para las pymes, las ayudas rondarán entre el 70% y el 45% de la inversión realizada. Para las grandes empresas, el rango se reducirá a entre un 50% y un 15% del gasto total.

El automóvil tiene prisa

El mismo 15 de diciembre, el presidente de Seat y futuro presidente de Anfac, Wayne Griffiths, advirtió que los «retrasos» en la convocatoria del Perte pueden hacer peligrar los planes de Volkswagen para instalar una fábrica de baterías en España y electrificar las fábricas de Martorell y de Landaben.“Más retrasos en la convocatoria serían críticos para el plan Future Fast Forward“, afirmó el dirigente.

La compañía no obstante avanza en sus planes e inauguró el Test Center Energy, el primer centro de desarrollo de cargadores en el país y el cuarto del grupo Volkswagen en el mundo, en el que ha invertido unos 7 millones de euros. En el acto, el directivo recordó que el grupo ha “hecho los deberes”, de modo que quien ahora debe “ponerse las pilas” es el Gobierno.

Aunque se da por hecho que se la gigafactoría de baterías se edificará en España –el centro de desarrollo es una pista más–, el conglomerado alemán se resistió a confirmarla siempre que fue preguntado. Admitió que está en su hoja de ruta, pero añadió una muleta a la frase: «solo se instalará en España si los incentivos del PERTE lo permiten».

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