Carlyle se anota pérdidas por 47 millones al devaluar su inversión en Codorníu

El decano del cava cerró la campaña 2019/2020 con unos números rojos de 11 millones, pero asegura que ya ha vuelto a los niveles 'prepandemia'

Una imagen de las bodegas de Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia.

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Del mismo modo que el coronavirus supuso unas pérdidas de 11 millones de euros para Codorníu, el año 2020 también se saldó con números rojos para Carlyle, su primer accionista. El fondo americano controla al decano del cava desde Luxemburgo. En el principado sufrió un agujero de 47,6 millones debido a que tuvo que devaluar su participación en la compañía catalana.

CEP IV Bubble, la sociedad a través de la que Carlyle posee el 65% Codorníu, se vio obligada a anotarse unas pérdidas de 47,6 millones al tener que rebajar el valor de la cavista. Si al cierre de 2019 el porcentaje del vehículo inversor valía 176,8 millones –según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil luxemburgués–, a 31 de diciembre de 2020 el precio había caído hasta los 129,2 millones de euros.

El vehículo inversor devaluó su participación en otros 47,6 millones, el mismo dato que el agujero final. La coincidencia se debe a que la firma no tiene más actividad que ostentar las acciones de Codorníu.

Carlyle valora así el 65,24% de la cavista en 129,2 millones de euros. De este modo, el valor total de la compañía que desde junio dirige Sergio Fuster sería ahora de 198,7 millones. Antes del estallido de la pandemia, con Ramón Raventós como primer ejecutivo, el precio de la empresa era de 272 millones, según los cálculos de su accionista de referencia.

En el momento de adquirir la compañía, en junio de 2018, el fondo estadounidense compró las participaciones a la familia Raventós a un coste que valoraba Codorníu en aproximadamente 300 millones de euros. A esta cifra había que sumarle los 90 millones de deuda que el vehículo asumió.

Codorníu perdió 11 millones, pero es optimista

A la espera de conocer los resultados de la campaña 2020/2021, Economía Digital desveló el lunes que en el año 2019/2020 –hasta el 30 de junio–, la cavista perdió 11,1 millones debido al impacto del coronavirus en el sector de la hostelería, cerrada durante el último trimestre del ejercicio. La restauración representa la mitad de las ventas de la empresa.

La empresa española cerró el ejercicio con unas ventas brutas de 179,9 millones que tras los descuentos comerciales aplicados quedaron realmente en 150,5 millones por los 166,5 millones del año anterior.

Tras probablemente el año más complicado de su historia, Codorníu aspira a la recuperación en el ejercicio 2020/2021. Apenas una veintena de días después de cerrar el año fiscal, todavía faltan semanas para conocer los resultados consolidados de la empresa. Fuster, repitió en numerosas entrevistas a lo largo del último año que confía en cerrar la campaña de nuevo con un resultado de explotación positivo.

Como argumento tiene la escalada de las ventas. En el último trimestre ya se encuentran en niveles prepandemia, explican fuentes del sector. La campaña navideña fue buena, abundan las mismas voces, y se consiguió cerrar el trimestre diciembre-febrero con una cuota de mercado del 31,4% (+0,5) en España, según datos de Nielsen.

No obstante, el motor de la recuperación es la venta internacional, que ya ronda el 50% del total frente al 35% de 2019. La compañía ganó presencia en AlemaniaReino Unido Bélgica. En la hoja de ruta está conseguir a medio plazo que el 80% de los ingresos provenga del mercado exterior.

Carles Huguet

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