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Los ciclos combinados de Naturgy garantizan la estabilidad del sistema eléctrico español

Su capacidad para arrancar y detenerse con rapidez, junto a su alta disponibilidad, convierte a los ciclos combinados en un complemento clave para la transición energética. Naturgy es el principal operador en España

Central de Ciclo combinado en Palos de la Frontera (Huelva)

Los ciclos combinados se han consolidado como una tecnología esencial para asegurar la estabilidad del sistema eléctrico español. Estas centrales, que convierten gas natural en electricidad, son capaces de ofrecer una respuesta inmediata ante la intermitencia desde otras fuentes de energía como las renovables, garantizando así la continuidad del suministro energético y la estabilidad del sistema eléctrico.

Naturgy es el principal operador de ciclos combinados en España, con un parque formado por 18 centrales que en 2024 alcanzaron una disponibilidad del 98%. El pasado año, estas instalaciones generaron 9,5 TWh, una cantidad equivalente al consumo anual de un millón de hogares.

La compañía invierte cada año unos 100 millones de euros en el mantenimiento y mejora de sus plantas, y ha anunciado una inversión total de 400 millones de euros hasta 2027 para seguir reforzando su papel estratégico en el sistema energético nacional.

Naturgy también impulsa la innovación en la gestión de las instalaciones de ciclo combinado con la creación de un Centro de Control Remoto en la central de Sagunto, desde el que se supervisa toda su flota. Además, está realizando pruebas con gas renovable, un paso clave para avanzar hacia una generación más sostenible y eficiente.

El auge de las energías renovables refuerza el papel de los ciclos combinados

España se ha consolidado como uno de los países líderes en generación renovable gracias al fuerte crecimiento de la energía solar y eólica en los últimos años. El impulso de estas tecnologías, unido a su abaratamiento y a la abundancia de recursos naturales, ha permitido que en 2024 las renovables alcanzaran el 60% de la producción eléctrica nacional, superando al resto de fuentes de generación.

España, uno de los países líderes en energía renovable

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que este porcentaje supere el 80% en 2030, marcando un paso decisivo hacia la descarbonización del sistema energético. Sin embargo, la intermitencia de las fuentes renovables plantea un desafío: mantener la estabilidad y la seguridad del suministro eléctrico en todo momento.

Para garantizar ese equilibrio, el sistema necesita disponer de tecnologías flexibles y capaces de adaptarse a la variabilidad de la generación renovable. En este contexto, las centrales de ciclo combinado desempeñan un papel esencial como respaldo del sistema eléctrico, aportando potencia firme cuando la producción renovable disminuye y garantizando así la continuidad del suministro.

La flexibilidad de los ciclos combinados

La principal fortaleza de los ciclos combinados es su gran flexibilidad operativa, que les permite adaptarse en tiempo real a las necesidades del sistema y cubrir la demanda en los momentos en los que la generación renovable no está disponible.

Estas centrales entran en funcionamiento cuando falla el viento o falta el sol, ajustando su producción mediante arranques, paradas y variaciones de carga para complementar la generación renovable sin sustituirla. De este modo, actúan como un auténtico respaldo que garantiza la seguridad de suministro y facilita la integración de más energías limpias en el mix eléctrico.

En 2024, los ciclos combinados aportaron 35.755 GWh, lo que representa un 13,6% de la demanda eléctrica nacional. Además, el parque español registró más de 8.000 arranques, casi cuatro veces más que en 2019, reflejo de su creciente papel como tecnología de respuesta rápida.

Su papel fue especialmente relevante tras el apagón del mes de abril, cuando la producción de los ciclos combinados aumentó un 113,8% en junio respecto al año anterior para asegurar la continuidad del suministro.

Con 25.000 MW de potencia flexible, los ciclos combinados son indispensables para que España haya alcanzado los actuales niveles de penetración renovable y pueda seguir avanzando hacia los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).

Además, esta tecnología avanza en su propio proceso de descarbonización. Los ciclos combinados están preparados para funcionar con gases renovables, lo que les permitirá operar con emisiones neutras y reforzar su papel como facilitadores de la transición energética.