Una empresa vasca de hostelería con 30 años de trayectoria subasta sus bienes tras entrar en concurso de acreedores
Como parte del proceso, la empresa está subastando una nave de 3.000 metros cuadrados
Una empresa del País Vasco entra en concurso de acreedores
El sector de la hostelería vasca está de luto después de que una histórica compañía haya entrado en concurso de acreedores. Hablamos de Berzosa Hostelería, conocida por distribuir al por mayor a restaurantes, bares y comercios de diversos puntos de España. Tras 30 años de trayectoria, se ha visto obligada a subastar sus bienes una vez activado el proceso concursal.
Esta empresa cuenta una trayectoria relevante en la distribución alimentaria del País Vasco. Fue fundada el 6 de junio de 1996 en Etxebarri, en la provincia de Vizcaya. Su negocio principal consistía en el comercio al por mayor no especializado de productos alimenticios, bebidas y tabaco, lo que le permitió abastecer durante años a bares, restaurantes y comercios de hostelería en Euskadi, Cantabria y Burgos.
Con un capital social de 873.600 euros, Berzosa Hostelería llegó a facturar alrededor de 14 millones de euros anuales, según medios locales, y su plantilla rondaba los 84 empleados. Durante su actividad, la empresa también operaba un formato «cash & carry» en su centro logístico, lo que ampliaba su alcance al público profesional y particular.
Entra en concurso de acreedores con una deuda de 10 millones de euros
Sin embargo, durante este año, Berzosa Hostelería sufrió graves problemas financieros. En junio de ese año, entró en concurso de acreedores por insolvencia, con deudas que se estiman en torno a los 10 millones de euros, tras no poder hacer frente a pagos a proveedores y a sus líneas de crédito. El juzgado Mercantil número 2 de Bilbao designó como administrador concursal a Ignacio Galdós Ibáñez de Opacua.
Como parte del proceso de liquidación, se está subastando la nave de 3.000 metros cuadrados donde se encontraban sus oficinas y almacén, ubicada en el polígono industrial Leguizamón. Esta planta había sido reformada hace apenas 2 años, con el objetivo de ampliarla para que la compañía siguiera creciendo.

Sin embargo, la entrada en concurso de acreedores y la subasta parece ser el fin de una empresa mayorista que fue clave en el suministro de producto gastronómico para la hostelería local. Ahora queda saber qué pasará con los 84 trabajadores que Berzosa Hostelería tiene en su plantilla.
¿Puede salvarse Berzosa Hostelería?
Aunque la situación parece crítica Berzosa Hostelería, hay empresas que han logrado salir de un concurso de acreedores, siendo este un punto de inflexión para crecer.
Cuando hablamos de un concurso de acreedores nos referimos al procedimiento legal al que se recurre cuando una empresa o persona no puede cumplir con sus obligaciones de pago frente a sus acreedores. Su objetivo principal es proteger tanto a los acreedores como al deudor, buscando una solución ordenada que permita saldar deudas de manera parcial o total, evitando la quiebra inmediata.
Existen dos tipos de concursos: el voluntario, solicitado por el propio deudor, y el concurso necesario, iniciado por los acreedores. Una vez declarado, el juez designa a un administrador concursal, que se encarga de supervisar la situación financiera de la empresa y proponer un plan para el pago de las deudas.
Durante el concurso, se pueden suspender los intereses de las deudas y paralizar acciones judiciales de los acreedores, otorgando un respiro financiero al deudor.
Salir de un concurso de acreedores
Salir de un concurso de acreedores requiere planificación y negociación. La vía más habitual es el acuerdo extrajudicial o convenio concursal, mediante el cual se reestructuran las deudas, aplazando pagos, aplicando quitas parciales o renegociando plazos. Para empresas viables, esto permite continuar con la actividad económica y recuperar la confianza del mercado.

Otra alternativa es la reestructuración financiera, que puede incluir refinanciación bancaria o inyección de capital externo. En casos extremos, si no es posible alcanzar un acuerdo, el concurso puede derivar en la liquidación de activos para pagar a los acreedores, como parece que es el caso de la compañía vasca.
En cualquier escenario, la clave para superar un concurso de acreedores es la transparencia, planificación y comunicación constante con los acreedores.