Rafael del Pino (Ferrovial) gana un contrato de 135 millones para construir una carretera en Polonia

Ferrovial, a través de Budimex, ha sido adjudicatario de un nuevo contrato de gran envergadura en Europa del Este. La Dirección General de Carreteras Nacionales y Autopistas de Polonia (GDDKiA) ha confiado en la compañía presidida por Rafael del Pino para diseñar y construir un nuevo tramo de la carretera exprés S11 en el oeste del país. El proyecto asciende a 588,2 millones de zlotys, equivalentes a unos 135 millones de euros.

El contrato contempla la ejecución del tramo II de la vía rápida S11, concretamente entre el enlace Ostrzeszów Norte y el enlace Kępno Norte, en la región de Gran Polonia. El proyecto forma parte del plan nacional polaco para mejorar las conexiones norte-sur del país, aliviar el tráfico local y reforzar las infraestructuras de transporte para mercancías y viajeros.

La licitación, en modalidad de contrato de obras públicas, incluye tanto la fase de diseño como la de ejecución, un formato conocido en el sector como design and build, lo que permite una mayor integración técnica y reducción de plazos.

Budimex, que compitió con otras ocho ofertas, se ha impuesto gracias a una propuesta que ponderaba el precio (55%) y diversos criterios de calidad (45%), incluyendo la extensión de garantías para estructuras clave como puentes, pantallas acústicas y elementos eléctricos, así como un compromiso con el uso responsable del asfalto reciclado.

Según el pliego del contrato, el adjudicatario deberá completar la obra en un plazo máximo de 39 meses desde la firma, excluyendo los meses de invierno (entre el 16 de diciembre y el 15 de marzo) para los trabajos físicos, aunque sí computarán para la fase de diseño.

Además, Budimex deberá ejecutar personalmente las partes clave del proyecto, como la capa de rodadura de la vía principal y las estructuras de pavimento, sin subcontratarlas, lo que refuerza el control directo sobre la calidad de ejecución.

El contrato cuenta con financiación parcial procedente de fondos de la Unión Europea, dentro del marco del Acuerdo sobre Contratación Pública (GPA). Esta adjudicación se produce en un contexto en el que Polonia continúa siendo uno de los grandes receptores de inversiones en infraestructuras del bloque comunitario, con un fuerte impulso tanto de los fondos Next Generation como de la política de cohesión.

Budimex, que cotiza en la Bolsa de Varsovia y es controlada en un 50% por Ferrovial, es uno de los mayores grupos constructores de Polonia y una pieza clave en la estrategia de internacionalización del grupo español. En los últimos años, ha conseguido contratos en diversas áreas como transporte ferroviario, energía y gestión medioambiental, además de consolidar su papel como operador líder en obra civil.

Para Ferrovial, este nuevo contrato representa una victoria estratégica. Desde su salida de España y su traslado fiscal a los Países Bajos en 2023, la compañía ha apostado firmemente por fortalecer su negocio en mercados como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Europa del Este.

Polonia, en particular, se ha convertido en uno de los focos de crecimiento más relevantes gracias a su ambicioso plan de infraestructuras y su estabilidad regulatoria.

Además de la obra en sí, el contrato contempla mecanismos de control ambiental, servicios geológicos y arqueológicos, así como sistemas modernos de iluminación y señalización, lo que refleja el enfoque cada vez más holístico de las obras públicas modernas.

Ferrovial se impone en una adjudicación con grandes exigencias

La adjudicación no ha estado exenta de competencia y exigencias legales: la GDDKiA aplicó un escrutinio estricto a todos los licitadores, exigiendo declaraciones europeas de cumplimiento normativo (JEDZ) y excluyendo expresamente a empresas relacionadas con Rusia.

Con este nuevo hito, Ferrovial reafirma su peso en el sector de infraestructuras europeo y afianza su posición como uno de los grandes operadores globales. A través de Budimex, la firma de Rafael del Pino sigue abriendo camino, esta vez en la región del Kaliski polaco, donde dentro de poco circularán los vehículos sobre una autopista construida por manos españolas.