Fridman se ‘desvincula’ de Dia para salvar los supermercados del embargo por la guerra de Ucrania

La cotizada española asegura que el magnate ruso no tiene nada que ver con ella y que no controla Letterone, el accionista que posee el 77% de sus acciones

El magnate ruso Mikhail Fridman, máximo accionista de Dia. EFE

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Los supermercados Dia tratan de blindarse de las sanciones impuestas por la Unión Europea a los oligarcas rusos. En el listado de afectados está Mikhail Fridman, fundador de Letterone, el vehículo inversor que controla la cadena española. Sin embargo, los compañía asegura que el magnate no tiene el mando y que ni siquiera es accionista, al poseer los títulos a través de una sociedad intermedia. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está conforme con el argumento.

Dia explicó el lunes por la noche que no se ve afectada «en modo alguno, ni directa ni indirectamente, por el nuevo paquete de sanciones adoptado por la Unión Europea en respuesta a la crisis de Ucrania». La empresa lo justifica: está controlada por Letterone (77,7%), pero «ninguna persona física ostenta, ni individualmente ni mediante un acuerdo con otros accionistas, el control de Letterone».

«Ni Mikhail Fridman ni Petr Aven ostenta el control de Letterone», zanjó en el comunicado remitido a la CNMV. La compañía trata así de desvincularse del cerco a la fortuna de Fridman lanzado por las autoridades comunitarias.

Fuentes de la CNMV explican a Economía Digital que su única obligación a la compañía era que informase al mercado de su situación. No tienen ningún papel, asegura, en las sanciones impuestas y se cree la versión de la empresa.

Para empezar porque, dicen, las sanciones de la UE son a su persona. Ni a Letterone ni mucho menos a Dia. Así, el magnate no podrá cobrar dividendos desde Letterone –esta, a su vez, si podría percibirlos de Dia– ni vender su participación en el vehículo inversor.

Fridman impugnará las sanciones

Sin embargo, Fridman no se quedará de brazos cruzados ante las restricciones pese a que no afecten a los supermercados españoles. El oligarca anunció este martes que impugnará las sanciones; unos impedimentos que, a su juicio, están basados en «falsedades malintencionadas y deliberadas», dijo en un comunicado. 

«Las sanciones son el producto de fantasías históricas y teorías de conspiración ideadas por individuos privados con sus propias agendas», lamentó el dirigente. Su nombre apareció esta semana en la lista de 26 oligarcas, empresarios, militares y periodistas rusos sancionados por la Unión Europea con, entre otras medidas, la congelación de activos.

De nada le sirvió al magnate, que nació y vivió en Ucrania hasta los 17 años, pronunciarse contra la guerra el fin de semana. Envió una carta a los trabajadores de Letterone en Londres en la que aseguró que estaba «convencido» de que «la guerra nunca puede ser la respuesta», acentuando que le parece una «tragedia» y exigiendo que este conflicto finalice.

«No hago declaraciones políticas. Soy un hombre de negocios con responsabilidad para con muchos miles de empleados en Rusia y Ucrania. Estoy convencido de que la guerra nunca puede ser la respuesta», añadió.

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